La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cien líneas

Vaya tropa

Un mes después ¿qué ves? Bultos evidentes, como ese señor de gris registrador, insondable porque su naturaleza de estafermo le constituye como tal: reactivo puro del que no cabe esperar absolutamente ninguna iniciativa.

También se aprecia a la veleta ciudadana que siempre pacta a la izquierda y quiere que, al tiempo, la derecha se rinda a sus ambiciones. Me parece que es capaz de todo, incluso de no hacer nada y así, en unos meses, desaparecer con la misma rapidez como surgió.

Destacan asimismo en el paisaje de la política nacional, treinta días después de las últimas elecciones generales, los dos PSOE. El tradicional y el hegemónico -que lidera el ala pivot- que es algo así como la marca blanca de Podemos.

Y no es posible pasar por alto, claro, el cuarto menguante de los morados que van de cabeza hacia la Luna nueva para después volver a recuperar, rampantes, las posiciones perdidas y más aún. O no.

En cinco minutos se podría montar el tinglado de la vieja farsa: Rajoy, presidente; Rivera, si le place, vicepresidente con media docena de ministros propios; Sánchez, jefe de la oposición con mil bazas en la mano e Iglesias, como reserva moral de Occidente venteando el esquivo sorpasso. Ah y los separatistas de refuerzo a cambio, como siempre, de un chorro de dinero.

Todos ganan. Entonces ¿por qué no se compone en un periquete ese andamio?

Sospecho que nadie quiere coger por los cuernos el toro de los mil cambios que necesita España y nadie desea adjudicarse el sambenito de la independencia de Cataluña.

Compartir el artículo

stats