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Carmen Pérez Novo

Adicciones ácidas

Es de sobra conocida la importancia de la alimentación en nuestras vidas, con el fin de tener una energía sin límites, que nos permita trabajar y focalizarnos para conseguir nuestras metas. Ahora bien, actualmente, el exceso de comida basura nos está convirtiendo en seres gordos, mal alimentados y con un sinfín de enfermedades, algunas de las cuales podríamos evitar, o al menos disminuir sus efectos secundarios, con una alimentación correcta y equilibrada.

Por eso, conviene saber que, una vez finalizado el proceso de la digestión, los alimentos van a generar una condición de acidez o alcalinidad al organismo. El resultado se mide a través de una escala llamada Ph, cuyos valores se encuentran en un rango de 0 a 14. En una persona sana, el Ph de la sangre se encuentra entre 7,40 y 7,45. Y esto es importante, porque los expertos dicen que los tejidos cancerosos son ácidos, y los sanos, alcalinos. Cuando se rompe el equilibrio y el organismo comienza a producir y almacenar más acidez y desechos tóxicos de los que puede eliminar, entonces se manifiestan diversas dolencias. La acidificación de nuestro cuerpo, a través del consumo de alimentos ácidos, bebidas y medicamentos, aparte de otros hábitos negativos y también el estrés, está en la raíz de casi todas las enfermedades habituales. Y todo porque en un ambiente ácido prosperan microorganismos nocivos y nuestro cuerpo se resiente tratando de mantener un equilibrio alcalino/ácido. La enfermedad tiene aquí la oportunidad de prosperar, y el sistema inmunológico empobrecido no es capaz de protegerse del ataque de esos gérmenes nocivos.

Por eso, es muy importante tener una buena alimentación, para lo cual, no nos queda otro remedio que aprender la diferencia entre los alimentos ácidos y alcalinos con el fin de poder desarrollar un plan para ayudar a nuestro organismo a alcalinizar y energizar. De esta manera, vamos a poder eliminar las adicciones ácidas; o sea, aquellos alimentos que nos perjudican de una manera tan agresiva y que, en líneas generales son: azúcar refinado y todos sus productos, vinagre, sal, tabaco, alcohol, cafeína, medicamentos y drogas. Pero el tema va más allá, ya que también tenemos que añadir, o al menos tratar de incorporar, alimentos alcalinos y que, en líneas generales, son: bebidas verdes, zumos, verduras ligeramente cocidas al vapor, ensaladas, agua pura alcalina, sopas y té de hierbas. La combinación de estas dos acciones, indudablemente, nos dará enormes beneficios.

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