La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Picadillo

Méndez Núñez: los honores

La vieja Gigia, ayer fuerte, alegre y expansiva, tuvo entre otros atributos, cuando iba de luna creciente, una "Sociedad de Bombos Mutuos y Alborada" en la que todos sus miembros sin excepción eran "distinguidos, inteligentes y modestos", jugaban al ajedrez y discutían por premio y en asturiano, sobre si Gigia era o no, la tierra que aparecía en el Génesis bañada por los ríos Pisón y Guihón, que nos regaban oros, copas y naranjos floridos; y nunca hubo Dr. Rendueles, ni sidra de Rubiera, que los callara?

También hubo un Méndez Núñez, que antes de hotel en Lugo, -a un paso del Ayuntamiento y de la Delegación de Hacienda, y a dos de la confitería Madarro, en la que la descendencia del almirante portugués Pérez de Behaín, hoy doña Olga y doña Maky, vienen comprando sus "cañas" desde hace más de cien años-, fue marino y Contralmirante, que tuvo la ocurrencia de grabar en mármol, pues era hábil y casto artesano, aquel pensamiento digno de los mejores Pericles "Vale más Honra sin barcos, que barcos sin Honra". Honor y Honra a ti, hijo de Vigo que en Pontevedra quisiste morir?

Ante la situación tan grave que vivimos, portemos en procesión cívica el mármol glorioso a presencia del sevillano González, ayer adalid socialista, y hoy vocero del opulento Slim, para que enmudezca y deje de recomendar a su antigua grey, abstención y tolerancia para la presidencia del contumaz Raxoy, aunque "no la merezca". "Gobierno como sea, pero que tengamos gobierno", proclama González. Méndez replicaría, ¡Gobierno, pero nunca sin Honra!.

Y si el pontevedrés sigue en su solitario empeño? que haya tercera elección, que a la tercera, será la vencida;? ¡y la Tercera República, más necesaria!

Compartir el artículo

stats