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Sol y sombra

El revolcón a Rajoy

Posiblemente la abstención sea para el PSOE inevitable en este deprimente ciclo de las investiduras esquivas. Digo posiblemente porque entre las escasas facultades que me adornan no se encuentra la de ser adivino, y en la deteriorada política nacional, como sucede con la vida, puede pasar de todo. Pero antes de que eso ocurra, si es que ocurre, los socialistas quieren que Rajoy se someta al trance de ser revolcado por el toro, en la confianza, además, de que no va rechistar si es que quiere salir airoso en una segunda tentativa de ser investido en el Congreso.

Esto podrían haberlo hecho en diciembre o nada más perder las segundas elecciones de junio: ahorrándonos tiempo y elevadas dosis de aburrimiento a los mortales. Una vez empitonado Rajoy por ganar las elecciones, los socialistas se podrían haber presentado ante los españoles como un partido que las pierde pero, en cambio, aporta las soluciones responsables para no dejar al país al pairo y sin gobierno. El PSOE como solución.

No despejaron la incertidumbre mostrando altura de miras: han preferido porfiar en busca del revolcón parlamentario. En parte es comprensible por sus electores más partidistas; otra parte se debe al exclusivo resentimiento de Pedro Sánchez que ya se veía en la Moncloa. Se creía más listo, apto para presidir un gobierno y decente que Rajoy, y es posible que este último lo jubile. No se lo perdonará jamás.

El papel del comparsa, o sea el de Albert Rivera, resulta bastante más patético. Aún sabiendo que si se repiten elecciones Ciudadanos se arriesga a conseguir aproximadamente los votos de España en el último festival de la canción de Eurovisión, no parece ser capaz de procesarlo como es debido.

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