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El empático simpático

Diferencias entre empatía y simpatía

Yo empatizo, tú empatizas, todos empatizamos. Es decir, yo me pongo en el lugar del otro, tú te pones en sus zapatos, todos nos ponemos en la piel del prójimo. La empatía es, en efecto, un sentimiento de identificación con alguien (o con algo), siempre y cuando haya comprensión, capacidad para ponerse en su lugar o identificarse con su bajón o subidón anímico o de cualquier índole. Ahora bien: ¿Empatizamos CON, empatizamos EN o simplemente empatizamos? Vamos a descartar la última forma por su escaso uso, debido acaso al tufillo petulante que suelta. Torceríamos el gesto ante nuestro cuñado si le oyésemos decir: "Es que yo empatizo mucho". Parece que la lengua prefiere una perífrasis: "Es que yo soy muy empático". Y henos aquí, empáticos todos, empatizando la tira.

Tal parece que la simpatía se va arrinconando para dejar paso a la omnipresente empatía. Y, sin embargo, se trata de conceptos diferentes. Llamamos simpatía a la inclinación afectiva hacia animales o cosas, hacia lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, concreta, abstracta o virtual. O sea, puedo ser empático (me pongo en el lugar del otro) aunque ninguna simpatía me despierte su actitud. Puedo empatizar con quienes bailan como posesos en una despedida de soltero aunque ninguna simpatía nazca en mí hacia semejantes reuniones. Y puedo no empatizar siquiera con ellos debido a la poca simpatía que me generan. ¿Vaya lío? No tanto. La palabra "empatizar" es verbo intransitivo (nunca se dice "lo empatizo"? de momento), un anglicismo a partir de "empathize". Consiste en sentir o no empatía: "Veo que mis sobrinos empatizan CON el grupo", por ejemplo. Y ahí está a lo que voy: se siente empatía CON, se simpatiza CON. No nos ha dado a los hablantes por empatizar EN. ¿A todos los hablantes? No. Veamos.

Fernando Losada Sánchez es "hombre de dilatada trayectoria en el mundo de la comunicación y el marketing" y ahora consejero del Real Sporting de Gijón S.A.D. El domingo 10 de julio lo entrevista Ángel Cabranes para LA NUEVA ESPAÑA y no me pierdo ripio. Hay que estar con los tiempos que corren y quedo boquiabierto ante quienes manejan son soltura expresiones como "un modelo de gestión de franquicia", "temas de merchandaising", "visibilidad internacional" e "impactos publicitarios". Para mí quisiera yo tamaño manejo del lenguaje tecno. Pero me asusto cuando leo lo siguiente: "El Sporting es una marca con muchos atributos, como la empatía que tiene en toda España. Una empatía que debemos reflejar también fuera". Creo que dice mal el señor Losada, y me refiero solo al aspecto formal, no al fondo del asunto, que se me da una higa. El Sporting no tiene un sentimiento de identificación EN los españoles sino que los españoles tienen un sentimiento de identificación CON el Sporting (al menos al decir del consejero, y que me perdonen los oviedistas cerrados y cerrazonados). "Toda España empatiza CON el Sporting" es correcto gramaticalmente. "El Sporting empatiza EN toda España" es un solecismo que no significa nada. Por ello vuelvo a esas diferencias entre empatía y simpatía. Como parece que suena mejor, más moderno, más culto, más empingorotado, más "cool", más "fashion" decir "empatía" que "simpatía", nuestro señor Losada pierde la oportunidad de decir en español llano, claro y distinto lo que, sin duda, quiere decir, que el Sporting es una marca con muchos atributos, entre los que se cuenta la simpatía que despierta en toda España y que se debería fomentar también fuera. En definitiva, que si tenemos que tragar el dichoso "empathize", traducido a la trágala a todas horas y en todos los programas de la tele, sepamos que se empatiza CON y no se empatiza ni EN ni a palo seco. Aunque, con esto de la lengua, nada es definitivo, los hablantes elegirán. Y mi cuñado dirá tal vez: "Yo empatizo en todo España". Y yo me callaré, discreto.

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