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Alberto Menéndez

El ministro más latoso

Si hay un ministro siempre dispuesto a dar la lata ése es Cristóbal Montoro. Le da igual que el Gobierno esté en funciones o no, él no se va a amilanar. Al ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, en lenguaje coloquial, le va la marcha, algo, por lo demás, consustancial al cargo. O se es como Montoro o quien acepte la responsabilidad de este Ministerio en tiempos tan críticos como los actuales puede acabar sufriendo en demasía y, por lo tanto, verse superado por los acontecimientos.

Montoro no, Montoro siempre va a pretender llevar la iniciativa y si para lograrlo es necesario tomar medidas impopulares pues se toman. A Montoro no es que le desagraden las polémicas, es que le gustan, y por eso las propicia. Sí, es cierto que el Gobierno de Rajoy debe hacerse valer ante la Unión Europea, dar la sensación de que está dispuesto a luchar con todas sus fuerzas contra el déficit público, pero seguro que hay otras formas distintas a las del ministro de Hacienda. Las últimas amenazas a algunos ayuntamientos, como los de Gijón y Mieres, son a todas luces excesivas; y más ahora, en pleno proceso negociador para intentar acabar con el bloqueo que impide la formación de un nuevo Ejecutivo.

No es la primera vez que Cristóbal Montoro la toma con las instituciones asturianas. Ya en tiempos de Francisco Álvarez-Cascos como presidente del Principado amenazó con la intervención de la comunidad autónoma. Lógicamente, la intimidación no pasó de ahí. Luego acusó al Ejecutivo de Javier Fernández de haber incumplido el límite del déficit de 2015. Posteriormente se vio obligado a rectificar. Y ahora le ha tocado el turno a los ayuntamientos de Mieres y Gijón. Solicitó la liquidación de algunas empresas municipales, pero, por lo que se ve, ha dado de nuevo marcha atrás. Montoro ha delegado en Gabino de Lorenzo, y éste ha dicho que el Ministerio sólo ha requerido información. Pero el lío ya está montado y el Ministro ya ha adquirido protagonismo. ¿No era eso de lo que se trataba?

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