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Dos presidentes y un rival

El futuro de Feijóo y Urkullu se decide el 25-S. El primero intentará repetir mayoría absoluta. Sería la tercera y la única en una comunidad del país. El segundo buscará repetir como el candidato más votado. Ahora gobierna en minoría, tras la abstención en 2012 de populares, socialistas y UPyD, que frenaban así a EH Bildu.

El 25-S ambos se someten al examen de las urnas y la estrategia que han empezado a esbozar es semejante, aunque el panorama político de Galicia y País Vasco difiere. Ambos justifican la fecha electoral en aras de la estabilidad y se erigen en garantes de esta estabilidad frente a la incertidumbre que un Gobierno en minoría y de la oposición pueda suponer.

Ambos además utlizan la ingobernabilidad de España por la incapacidad de los políticos de Madrid para pactar como argumento electoral que les blinde en el poder. Y han hecho de la necesidad, virtud. Si el debate de la política estatal ha de contaminar la escena autonómica que sea en su beneficio. Con su decisión de ir alas urnas el 25-S, determinan el devenir de lo que pasará en España: los dos comicios complican que antes de octubre haya un acuerdo en Madrid. Si Rajoy quiere la abstención de los 5 diputados de PNV deberá esperar al último fin de semana de septiembre y quizás a cambio garantizar que Urkullu repita como lehendakari. El PSdeG pondrá velas a todos los santos para que si al final el PSOE se abstiene en una posible elección de Rajoy como presidente, sea después del 25-S, para poder presentarse en Galicia como alternativa a Feijóo, y no como compañero de viaje.

El presidente gallego y el vasco sitúan como máximo rival a la nueva izquierda alternativa. En Galicia será En Marea con Podemos o Podemos por un bando y En Marea por otro. En el País Vasco, es Unidos Podemos que puede hacer pinza en la escena postelectoral con EH Bildu. Feijóo y Urkullu ambicionan que el desgaste que ha supuesto el bajón electoral del 26-J haga mella en Podemos, y en las nuevas citas de septiembre pierda fuelle.

Urkullu lo tiene más difícil, en junio el partido de Pablo Iglesias se afianzó como segunda fuerza en el País Vasco, aunque las encuestas ya apuntan que PNV recuperaría el liderazgo en septiembre. En Galicia, la coalición de Podemos con Anova y Esquerda Unida retrocedió al tercer puesto. De cara a las autonómicas, el PPdeG baraja un nuevo intercambio de puestos, si persisten las tensiones en el PSdeG, aunque todo depende de si finalmente cuaja el matrimonio de conveniencia de Podemos y las Mareas.

En el País Vasco, el PP ha situado al por poco tiempo ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, como candidato a lehendakari. Hubo un tiempo en que compartió con Feijóo la etiqueta de posible delfín de Rajoy. La diferencia ahora entre Feijóo y Alonso es que el 25-S el primero puede consolidarse como peso pesado del PP, mientras que el segundo ha sido sacrificado para dar la batalla en una comunidad, donde el PP es cuarta fuerza. Los dos intentarán frenar el avance de Ciudadanos, y asestar un duro golpe a las expectativas de Rivera.

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