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Fernando Granda

La rígida Carmen

El adiós a una luchadora por la naturaleza

Atravesábamos la provincia de Palencia camino de Asturias cuando notamos la llegada de un whatsapp en el teléfono. En las proximidades estaban unas áreas de descanso y paramos para ver si era un mensaje importante. Nos remitían un enlace que anunciaba el fallecimiento de la esposa de Gustavo Bueno. Comentamos entonces que ella había nacido por allí cerca. Ayer, en la despedida familiar de Carmen (Sánchez) Revilla en Niembru sus hijos mostraron su cariño, su seguridad, su organización? pero insistieron en su rigidez.

Conocíamos a Carmen desde que sus hijos eran Gustavito, Nenata, etc., es decir, desde que éramos pequeños, allá por los años cincuenta del siglo pasado. Los veranos en Barru eran un remanso de paz para las ocho o diez familias llenas de críos llegadas de La Felguera, de León, de Oviedo, de Valladolid o, de Madrid? Los Bueno dejaron Barru y se establecieron en Niembru. Era otro ambiente en la misma parroquia porque huían de la avalancha incipiente del turismo. Luego se distinguieron por su lucha por defender la naturaleza, desde AVALL y otros modos de preservarla del desarrollismo costero.

Ayer despedíamos a una superviviente de aquellos veranos tan naturales, posiblemente rígida (así nos pareció a los demás niños y adolescentes de aquella pandilla de veraneantes) pero no mucho más que las demás madres, todas con un porrón de hijos, que se juntaban para ir a la playa o pasear por los prados de unos pueblos sin coches, sin prisas, un paraíso perdido.

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