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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Solidaridad hasta la médula

Estoy seguro de que, si hoy viviera, el arquitecto Chema Cabezudo se pondría a disposición de los padres de Aarón, el niño de 4 años aquejado de leucemia y a la espera de un donante en el HUCA, para apoyarlos y darles sabio consejo en el trance de atacar tan terrible enfermedad, aún más perniciosa cuando se ceba en un crío que cuando se empeña en arruinar la vida de un adulto lleno de planes y proyectos, como nuestro añorado Chema. Tengo la certeza, porque así me lo dicta el corazón, de que ese gijonés educado en los Jesuitas, ignaciano seglar, comprometido hasta la médula con los asuntos sociales, que nos dejó en silencio tras una lucha sin cuartel contra la leucemia, se pondría del lado de Johnson y Natalia, los padres de Aarón, y les extendería un cheque de esperanza y solidaridad. Chema nunca supo quién le donó la médula que le implantaron. Sólo que se trataba de un ciudadano portugués al que seguro puso el rostro, en agradecimiento bíblico, de uno de los personajes sacros del mosaico impresionante que circunda la girola del templo parroquial de San Pedro. Ojalá tenga Aarón la oportunidad que abrazó Chema hasta sus horas postreras de mostrarse eternamente agradecido a un altruista anónimo, "el mi portuguesín", que decía Cabezudo aún en los peores momentos de su titánica lucha.

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