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Clave de sol

Asturias de ayer y hoy

Todos los compañeros de una de mis tertulias de café somos gente vetusta, pero aún presentes y participantes. No hay que negar que, venturosamente y con algún menoscabo soportable que reclama unas cuantas pastillas de añadidura, a veces nos sentimos como supervivientes de una especie declarada a extinguir.

Mirando hacia atrás con benevolencia, pero con un elemental sentido crítico, uno tiene la impresión de que en Asturias están pendientes una serie de problemas desde el mismísimo siglo pasado. Si buscáramos términos de comparación, pongamos veinticinco años para escoger una fecha redonda, encontraríamos algunos ejemplos sin exprimir demasiado las meninges.

Por ejemplo, la minería del carbón, con Villa como estrella invitada; la desaparición de la gran industria; la vía ferroviaria a Castilla bajo la cordillera; las controvertidas políticas de inmigración; el consiguiente éxodo de muchos jóvenes; la alarmante transfiguración de la mal llamada pirámide de edades que empezaba ya entonces a adoptar la extravagante forma de un jarrón etrusco? Y por ahí adelante.

No parece que este patente vuelco industrial, económico y demográfico entre dos siglos haya merecido hasta ahora la adecuada atención de nuestras autoridades autonómicas, en búsqueda y fomento de otro modelo para afrontar el futuro. En esto, la vida sigue más o menos igual. Y encima tenemos la amenaza islamista.

En la "Hoja del Lunes" de entonces ironizábamos sobre la Asturias del siglo XXII: "Las tribus de los invasores ocupan la Asturias central? Turcos y magrebíes se establecen en las márgenes de los ríos Uad al Nalón y Uad al Caudal? Fundamentalistas de origen persa y mauritano invaden Covadonga? Una reserva de belicosos astures resiste aún en el valle de Saliencia?". Y así.

Una broma. Pero con sentido.

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