A la hora de escribir este comentario, necesariamente anticipado, sólo conocemos el intolerable desprecio al líder de la derecha, presunto candidato a presidente, por parte del empecinado Sánchez que motejó la entrevista del lunes como "prescindible". ¿Qué va a pasar aquí? Cabe sospechar que cualquier solución será en precario, aún con las 170 asistencias que parece ha conseguido hasta este momento el presidente en funciones.
En cualquier caso, el abanico de ofertas que se pueden rastrear dejan claramente sin cubrir, o con enfoques poco satisfactorios para gran parte de los votantes, una serie de áreas sin duda sustanciales en la vida de los españoles. Haga cada cual un somero recordatorio de sus preferencias, si puede sin prejuicios apasionados, y valore después el resultado de su balance con criterio aproximadamente democrático.
Junto al deseo y la urgencia de que se encuentre salida al estancamiento de la investidura con los mimbres que tenemos a mano, será ineludible pensar a continuación en soluciones a plazo que eviten situaciones semejantes. En el área de opinión entre conservadora y liberal en la que une se mueve, podría esbozarse un resumen de asignaturas pendientes para una mayoría:
Unidad nacional como prioridad esencial; firmeza ante el independentismo y el terrorismo; recuperación de competencias en educación y sanidad, despolitización de la justicia; defensa de las libertades, de la democracia interna y el control presupuestario en los partidos.
Añadiríamos la protección de la familia y de la vida humana en todas sus fases y el apoyo a la natalidad; un sistema impositivo más justo y centralizado; afianzamiento del sistema de pensiones? En fin, revisión del sistema electoral, de los llamados derechos históricos y adelgazamiento del gigantesco aparato público en España. Podríamos seguir.
Algo se nos ocurrirá.
