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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Hacienda somos todos

Hacienda somos todos, pero algunos más que otros. Los hay que son doblemente Hacienda, al verse obligados a pagar dos anualidades en una, como los vecinos de la calle Francisco Eiroz, en el barrio de Jove, donde las ayudas municipales para el arreglo de fachadas de espacios degradados les han hecho un pan como unas tortas a la hora de apoquinar con el IRPF.

Era de cristianos viejos en la Edad Media consumir pan fermentado. La torta -o sea, el pan sin levadura- quedaba para los judíos o para los hogares que no disponían de horno. Así es el pan que se llevan a la boca en estos días los vecinos beneficiarios de unas ayudas municipales que trasladadas a la declaración de la renta crecen y crecen como un bollo maimón. Enorme judiada el pan ácimo y cenceño de estas subvenciones del Ayuntamiento que te sacan lustre a la fachada a la vez que te limpian la faltriquera.

Si el error fue municipal, al incluir en una dos anualidades de la subvención para las fachadas, el problema lo tiene el Ayuntamiento, no los vecinos. Y lo que no caben son faenas chuscas, como anunciar unas compensaciones económicas de dudosa legalidad. Se puede acudir a los tribunales, pero a ver quién es el guapo que se embarca en una reclamación patrimonial contra el Consistorio.

No es de extrañar que, a la vista del recorte de las barbas del vecino, los habitantes de otros barrios degradados como Monteana y Portuarios hayan puesto las suyas en remojo, no vaya a venírseles encima Montoro con otra subida en funciones.

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