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Cien líneas

Reus

Así que a las ocho de la tarde, cuatro horas después del equinoccio y de la consiguiente entrada del otoño, el Oviedo se enfrentará al Reus y, ya de lleno en la libre asociación de ideas ¿qué les trae inmediatamente a la memoria esa amable villa catalana? No hay duda, allí nació Juan Prim, uno de los dos españoles más destacados de la segunda mitad del XIX.

Prim partió de soldado y a los 26 años ya era coronel, combatió a los carlistas, aplastó una revuelta, la Jamància, en Barcelona, fue el héroe de Castillejos, trató con Lincoln de tu a tu, apoyó la independencia de Cuba y en 1870 trajo al italiano Amadeo I.

A lo que iba, el 27 de diciembre de 1870 acribillaron a Prim en Madrid, en la calle del Turco, sentadito en su coche con la Guardia Civil según reza la copla. Murió tres días después, oficialmente por las heridas, pero estudios recientes indican que Serrano lo estranguló. Solo siglo y medio después se ha podido saber la verdad. ¿Por qué?

Prim había exclamado "¡los Borbones, jamás, jamás, jamás!". O sea, los franceses. Pactó con Italia y le costó la vida. Serrano, el general bonito, amante de la reina y tal y tal y tal lo asesinó. Ah, en 1897 Angiolillo partió de París y mató a Cánovas, el otro gran español de la segunda mitad de ese siglo y cuando, nueve años después, Alfonso XIII se casaba con una princesa británica para evitar que EE UU engullese Canarias, Mateo Morral, agente gabacho, le arrojó una bomba y se llevó por delante a 25 personas.

Siempre igual. Vecinos.

Corre el balón en el Tartiere. A ver si empezamos bien el tardor, otoño en catalán, y vemos el jorobu.

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