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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Reinos de taifas

Cuando una plantilla envejece hay que rejuvenecerla: es ley de vida. Una de las razones que esgrime el informe de reordenación municipal que en los últimos días hace correr ríos de tinta es que en los próximos cinco años llegará a la edad de jubilación el nueve por ciento de la plantilla. O sea, más de un centenar de empleados consistoriales se irán jubilosamente a casa, lo cual da pie a llevar a cabo muchos cambios de manera racional y ordenada.

Racionalizar la organización municipal es una medida coherente, como también acabar con los reinos de taifas supuestamente heredados, que de existir, como dicta el citado informe, ya era hora de acometer su liquidación, después de cinco años de mandato. Pero no convendría insistir en el error de sustituir a unos reyezuelos por otros. Es el riesgo que se corre cuando se abusa de los puestos de libre designación, donde los que mandan suelen caer en la tentación de colocar a personas afines.

La idea es que tres supergerentes se hagan cargo de las tres grandes áreas municipales, cuyo contrato de tres años se prorrogará si alcanzan los objetivos marcados.

Se trata, por lo que parece, de tres grandes contratos por objetivos; pero el Ayuntamiento es un organismo público, no una empresa privada, aunque, como cualquier firma, deba gestionarse de acuerdo a criterios de calidad, eficacia y eficiencia. En el fondo, todo es muy sencillo: basta con ser fiel al compromiso de prestar el mejor servicio al ciudadano siendo rigurosos en el uso de los recursos presupuestarios. Ni más ni menos.

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