Ya viene el cortejo, ya anuncian los tambores el debate sobre el estado del municipio; y según le vaya en la feria al gobierno o a la oposición, es estado de buena esperanza o estado de emergencia.
Para el partido que corta el bacalao municipal, Moriyón Gijón (perdón, quise escribir Foro Asturias, cosas de la edad...), los asuntos de la res municipal van "razonablemente bien"; para el resto de la bancada, a diestra y siniestra y mediopensionista, el Ayuntamiento de Gijón es un completo desastre. Todo es blanco o es negro: no hay término medio en la política local. No hay tonos grises aunque sí ciertamente atonía.
Asegura la Alcaldesa que ella no va a ir con propuestas al interrogatorio plenario, que acudirá "con números". De manera que no esperen ningún numerito. Ni rojos ni del color de los pitufos.
Un debate sobre el estado del municipio lo que refleja es un estado de ánimo. Y se detecta a las primeras de cambio quién lo ha preparado bien -seguro que Moriyón lo ha hecho, arropada por su estado mayor, para que no le lean los de enfrente la cartilla, de ahí que anuncie matemática y cálculo en vez de literatura y retórica-, y se ve también quién coge el micrófono a improvisar y a dar palos de ciego con tal de dar palos. Esperemos al menos un debate de altura.
Interesa mucho conocer por dónde se va a mover la oposición de izquierda, si por el estado de sitio o por el de excepción. O puede que por el estado del bienestar (de bien están las cosas como están y aquí paz y después gloria y a ver qué resuelven en Madrid los barones, los Pablistas y los Errejones).
