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El dirigencio dirigientífico

Una palabra que chirría, pese a que la Real Academia la admite y es de uso común en la América hispanohablante

Tomo el párrafo siguiente de un prestigioso diario nacional y nada me apuesto, porque perdería, a que el hablante español encuentra en él una palabra que le rechina. Que le rechina ahora, pero a la que tendrá que ir acostumbrándose. Pasen y lean: "Cuando en marzo de 2015 la dirigencia del Atlético de Madrid y Diego Pablo Simeone decidieron ampliar su vinculación de 2017 a 2020, una y otra parte eran conscientes de que el cumplimiento de ese nuevo contrato, inusual en el fútbol español porque suponía casi una década de continuidad en el banquillo de un mismo técnico, sería complicado". Han acertado ustedes: la palabra incómoda es "dirigencia".

¿Se puede usar "dirigencia", la RAE la admite? Sí, el párrafo es correcto por mucho que nos chirríe en España. La dirigencia es el conjunto de dirigentes políticos, gremiales, etc. De modo que el conjunto de dirigentes de un club de fútbol es la dirigencia de ese club de fútbol. Punto final. Se les llamó "los del puro", "la directiva", "el palco", "el consejo". Ahora, la dirigencia, porque ya verán cómo cunde la palabra. Ser de la directiva, fumarse un purazo, sentarse en el palco y aconsejar molaba un montón. Igual tienen que esperar un poco, hasta que la palabra se asiente en España, para presumir de ser de la dirigencia.

La prepotencia española olvida con frecuencia que de los 472 millones de hablantes del castellano solo 46 viven en España. Porque, señoras y señores, "dirigencia" es un americanismo, aunque en sus orígenes más parece equivaler al modo de ejercer la autoridad o gobierno y no a un conjunto de mandamases. Leamos, por ejemplo, unas instrucciones del siglo XVI para los visitadores del virreinato del Perú: "Después de asentados todos los indios que los caciques y principales hubieren declarado tener y todos los demás que se descubrieren y hallaren por la buena dirigencia que habéis de hacer, veréis el libro de bautismo y de casados de cada repartimiento". También puede ser sinónimo de "dirección", como en el suelto periodístico que recoge la visita del director de la RAE a tierras ecuatorianas: "Villanueva volvió a hacer énfasis en el discurso con el que ha asumido su dirigencia: sostener una política lingüística panhispánica". En la América hispanohablante "dirigencia" es de uso común. ¿Por qué entonces aquí nos suena rara? Me malicio que por etnocentrismo madrileñista. Pero ya verán ustedes, ya: en cuanto la oigan muchos de nuestros políticos zampabollos se van a apoderar como rayos de ella no porque la consideren patrimonial del castellano, qué va, sino porque les suena a inglés y eso los vuelve locos, los pone muchísimo. "Dirigencia" les evocará "dirigence, divergence, difference, consequence, competence, emergence, influence, violence?" y tantos vocablos ingleses. Así que les sobrevendrá enseguida el correspondiente acceso de palabritis aguda y ya los oigo hablando de la dirigencia del partido, de la dirigencia de las ONG y de la dirigencia de la nación. Les das una palabra que juzgan nueva o procedente de USA y no se les cae de la boca.

Ante esta previsible peste dirigencista, juguemos un poco. Ser directivo, fumarse un puro en el palco o llegar a consejero molaba. Directivo, consejero: suenan bien, huelen a prestigio social, perfumadas por el aroma del Poder. Entonces, ¿cómo vamos a llamar en España a los miembros de la dirigencia? Dirán ustedes que "dirigentes" y ya está. Pues tengan cuidado, que hay mucho ácrata de la lengua suelto y presto a enredar. Así que si de "ciencia" obtenemos "científico", ¿podremos usar "dirigentífico" o "dirigientífico"? Ya escucho a nuestro machito llegando orgulloso a casa: "Querida, que me han nombrado dirigientífico del club de amigos del centollo amariscado, para que luego digas". Lo malo de la palabritis es que puede volverse contra el fatuo, con lo que nada sería de extrañar que la esposa le mida de cabeza a pies y responda: "Mira, anda, ya eres importante, ya has llegado a dirigencio". Qué bochorno.

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