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Latidos de Valdediós

Alma para un gigante de piedra

La misión de las nuevas inquilinas del monumental monasterio maliayés

A punto de empezar un nuevo mes, comenzamos esta sección y lo hago agradeciendo a Dios y a los responsables del periódico que me brinden esta oportunidad. Es importante para mí porque me permite "gritar al mundo" desde un altavoz más y todos los altavoces me sirven a la hora de realizar mi vocación, que consiste principalmente en gritar y vocear el amor de Dios y su ternura. Anunciar la buenísima noticia -eso significa la palabra evangelio- de que nuestro Dios no es un ovni, sino que de verdad se hizo hombre -como cada lector de este periódico- y tiene un corazón tierno, entrañable y sensible y? ahora viene lo más gordo: ¡¡con ese corazonazo nos ama!!

Esta es la ilusión que me invade al comenzar esta colaboración en el periódico y también el pensar que es una manera de hacer presentes -a los asturianos sobre todo- la oración, el cariño y el desvelo por todos de las hermanas que vivimos en el monasterio de Valdediós. Es nuestro deseo y luchamos por hacer realidad la misión que nuestro Arzobispo don Jesús nos encomendó cuando nos recibió en este valle bendito: que Valdediós tenga alma y corazón. Pero sabemos quién es la vida y el único capaz de resucitar muertos: Jesucristo bendito, nuestro Señor y el Señor de Valdediós.

Pero? ¿es posible que el gigante de piedra que es el Monasterio de Valdediós tenga alma y -sobre todo- un corazón que lata y lleve la vida a todos sus rincones? ¡¡Sí!! Hay un corazón humano -que además es Corazón de Dios- que es capaz de dar vida, amor, aliento y calor a ese cuerpo inerte y a todos los muertos de alma del mundo entero: el Corazón de Jesús. Él es el que late ya con fuerza en Valdediós y nos llena de vida, de alegría, de fuerza y de amor. Y pretendemos romper todos los diques y todas las trabas para que abarque toda Asturias y el mundo entero en su abrazo vivificador. Esa es nuestra pelea y con esa finalidad? hablamos, cantamos, recibimos huéspedes? y si hace falta bailamos y nos apuntamos a un bombardeo.

Tranquilidad en el graderío: esto no significa que voy a escribiros unos rollos teológicos y catequéticos que os sean útiles para coger el sueño en cuanto se lee el primer párrafo. No tengo vocación de somnífero, sólo de gritona del amor de Dios, como os decía más arriba. Os propongo un trato: leed cada viernes mi sección -sobre todo los que no abusáis de literatura espiritual- y yo a cambio me comprometo a no aburriros con rollos de monja y a rezar por todos.

Esto es como cuando uno estrena piso, que al principio tiene una vivienda, un montón de cajas esparcidas y todo sin colocar. Luego una se va instalando y dándole calor, estilo y aroma propios y ya la vivienda se transforma en hogar ¿no es así? Pues en eso estamos; en hacer de este huequito de periódico un espacio acogedor para todos.

Mi intención es reflexionar sobre las cosas normales del día a día de cualquier ser humano: la vida, la muerte, el amor, el sufrimiento? y hacerlo desde mi vivencia propia y personal, pero de la mano de todo aquel que pueda leerme. Lo cotidiano vivido desde el fondo del corazón es lo que da sabor a esta vida. Os doy mi palabra de que no nos vamos a aburrir y vamos a intentar ir caminando por ese maravilloso mundo interior que muchas veces ni siquiera sospechamos.

Un abrazo fuerte y hasta el próximo viernes.

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