El debate sobre el estado del municipio que se celebró el pasado miércoles en el salón de plenos del Ayuntamiento ha servido para poner de manifiesto que se avecina un otoño caliente en la principal sede municipal, con un gobierno en minoría -el que encabeza la forista Carmen Moriyón con ocho de los 27 ediles que conforman la Corporación- que se encontrará con graves dificultades para sacar adelante el presupuesto del año próximo y varios de los grandes asuntos pendientes de interés local, como la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación (PGO) o el paralizado plan de vías, que acumula un enorme retraso y que se ve perjudicado además por la falta de un interlocutor válido en la Administración central a causa de la ausencia de gobierno.

La alcaldesa hizo en el debate un llamamiento a las restantes fuerzas políticas -PSOE, Xixón Sí Puede, PP, IU y Ciudadanos- al consenso y a la negociación para sacar adelante en los próximos meses las actuaciones más urgentes, pero la dureza con que se fajaron contra Foro los portavoces de los grupos de la oposición -con mayor virulencia los tres de izquierdas- permite prever que Moriyón y su equipo no van a tener fácil llegar a acuerdos que permitan la definitiva ordenación del urbanismo municipal, permanentemente en entredicho por los tribunales y que se rige por una norma vigente de 1999, ni sacar adelante unas cuentas, las del año próximo, que requieren estabilidad tras un ejercicio de prórroga presupuestaria.

Si el gobierno local no hila fino y no alcanza a embarcarse en un ejercicio de diálogo y consenso con los restantes grupos políticos, el Ayuntamiento de Gijón avanzará sin remisión a un nuevo escenario de prórroga contable, lo cual no parece la situación ideal para un Ayuntamiento como el de Gijón, que tiene pendientes importantes actuaciones y que perdería mucho margen de maniobra. Prorrogar el presupuesto durante dos años seguidos implica la reconducción de las partidas de gasto aprobadas para el presente curso y la imposibilidad de emprender nuevas iniciativas. Esta ciudad, en este momento, no se merece tal situación de parálisis.

De igual forma, los grupos que echan en cara a Foro su incapacidad e inacción deberían a su vez hacer un esfuerzo de entendimiento para que el gobierno disponga de la herramienta presupuestaria necesaria para acometer nuevos proyectos. No se trata de dar un voto en blanco a Moriyón para que haga y deshaga a su antojo, pero tampoco es de recibo empecinarse en la negación de apoyo para obtener réditos de conveniencia política. Seguramente en esta ciudad cabe un presupuesto que recoja iniciativas de todos los partidos políticos. De ahí que la llamada al consenso realizada en el reciente debate sobre el estado del municipio deba ser atendida en beneficio del interés general de los gijoneses, que ya contemplan estupefactos la enquistada situación a nivel nacional y regional como para soportar idéntico estancamiento en la administración local.