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Yip Kan Tim, del nuevo orientalismo a la abulia asturiana

Sobre un gran artista multidisciplinar y su relación con la región

Conocí a Yip Kan Tim en Taipéi, un día lluvioso, como la mayoría de los que viví en Taipéi, diferente del sur, Kaohsiung, cálido y claro. El Trópico de Cáncer divide la isla de Taiwán, haciéndola país subtropical, aunque las lluvias y vientos de Taipéi parecen tifones, dejando sus rascacielos y casas tradicionales con aspecto solitario e indemne. Sobre la ciudad resalta el edificio que fue más alto del mundo, el "101", con estructura en forma de pagoda y bambú, donde los ascensores más rápidos del mundo van a 16,83 m/s. Diseñado para aguantar vientos de 450 km/h., se equilibra con un amortiguador de casi 700 toneladas de peso, en el piso 92, una bola dorada de casi 6 metros de diámetro, admiración del público. Tomar un té en la planta baja es tener el corazón en un puño si uno piensa que encima hay más de 500 metros y de 700.000 toneladas.

La oficina de Tim está en la ladera de una colina. En aquel encuentro hablamos de estética, de arte y de oriente. Tim está considerado el impulsor del nuevo orientalismo, entendido como la creación oriental de raíces antiguas, tamizada por la modernidad y trasladada a Occidente. La juventud en los países asiáticos es mayoritaria e implanta novísimas modas, que impregnan el devenir del gusto, la estética y el arte que más tarde acaban llegando a Occidente. Tim es un artista multidisciplinar, muy culto, fotógrafo, diseñador escénico y de vestuario, pintor, escritor, etc. Con el film "Crouching Tiger, Hidden Dragon" ganó un Oscar a la mejor dirección artística y un Bafta al mejor diseño de vestuario.

En otro viaje a Taipéi, asistí al estreno de "The Palace of Eternal Youth", ópera antigua china, con dirección artística y vestuario de Tim. Duró tres sesiones en tres días; después se estrenaría en Beijing. Tim me mostró entonces su obra artística, algunos libros y sus trabajos con compañías internacionales de danza: Cloud Gate Theatre, U Theatre, Han Tang Yuefu, Contemporary Legend Theatre, donde teníamos amigos comunes, y sus trabajos para artes escénicas y exposiciones en Francia, Inglaterra, EE UU... De vuelta a España, hablé con amigos del Círculo de Bellas Artes de Madrid y programaron una conferencia sobre la nueva estética oriental, con éxito mediático, de artistas y de público. Sentí la vena jacobina e hice gestiones para repetir conferencia en Asturias. Desde las facultades respondieron "no tenemos encaje" y, terqueando, hablé con el entonces vicerrector, Santiago Martínez, al que me unía solo una superficial relación, y gracias a su disposición, salvando dificultades, solo se pudo programar en Gijón, en el Ateneo Jovellanos, sin ambiente universitario, con poca publicidad y para inri el Día de Comadres, donde les muyeres estaben de chigre, los homes en casa, los intelectuales ausentes y planos, y el sector artísticu vacante. En la sala había dos o tres personas, y, a pesar, Tim conferenció alegremente. Por aquellos días, Tim comió la inigualable paella que mi madre hacía, paseó con nosotros por la ciudad y tiró fotos aquí y allá.

Meses después, Tim me habló del proyecto de un libro de fotografía y de una exposición para el Teatro de la Ópera de Amsterdam. Nos citamos en Amsterdam y, tomando café, hojeamos el libro donde aparecían varios lugares de Gijón y la "Iglesiona" catalogada en Lyon. Tim, disculpándose, me dijo que no recordaba su ubicación. Al despedirnos, comenté que en Asturias gustaría saber que Gijón estaba rodando en un libro por el mundo. Después hablé con los culturales del Ayuntamiento gijonés diciendo que Tim montaría una expo de fotografías y vestuarios en el Centro Cultural Conde Duque, en Madrid. Decidieron traerla a Gijón, coincidiendo con el Festival de Cine, e invitar a Tim al jurado. La exposición, de unas cien obras, se inauguró en el Antiguo Instituto, un tercio eran fotos gijonesas. También Amador, de la Galería Cornión, colgó obras de Tim. Esta vez hubo más repercusión en el mundo del cine, en la prensa y en el público, pero del mundo artístico nadie intentó conectar con Tim para conocer nuevas corrientes e intercambiar criterios, como había sucedido en Madrid; el desprecio por lo foráneo es una característica subyacente en el ambiente artístico asturiano. Después, el Ayuntamiento editó "Gijón con mirada oriental", las fotos de Tim sobre Gijón, como un escaparate de la ciudad firmado por un artista internacional reconocido. La edición, aunque sencilla y, tal vez, con escasa distribución, se incorporó a la bibliografía de Tim que está en todo el mundo.

La última vez que vi a Tim fue en Hong Kong, y allí puede ver sus diseños para la ceremonia del traspaso de la bandera olímpica a China, en la clausura de los Juegos Olímpicos de Grecia. Este 2016 sé que trabajó para la Ópera de San Francisco, para el Ballet Nacional Inglés y expuso en la impresionante Casa de la Cultura de Amiens. Para comprobar lo que significa Tim en el mundo del arte aconsejo ver su página, http://www.timyipstudio.com

Rememoro a Tim no porque sea mi amigo y artista reconocido, sino por no olvidar los esfuerzos que instituciones y demás hicimos para abrir esta región, aunque todo pasó sin pena ni gloria, perdiéndose la oportunidad de conocer corrientes internacionales artísticas y de enlazar con un profesional altamente conectado con instituciones mundiales. Pero somos así, cerrados sobre nosotros, en estas constreñidas fronteras, creyéndonos grandones, con una endogamia artística y cultural repugnante. El Pajares nos cierra y la niebla del Cantábrico no muestra el horizonte. Aunque mientras haya medallas para premiar, subvenciones para otorgar y compras institucionales, vamos sobraos. Picassos habemus.

Post scriptum. Obama no hizo lo que esperábamos pero fue el primer negro en la casa blanca. Hillary será su heredera y primera mujer allí, de quien esperamos derechos y justicia. Trump debiera desvanecerse. Amén. Pero parece que ni Dios para los asesinatos de color. Maldita humanidad blanca, ignorante que todos somos parientes de Lucy o de cualquier otro primate.

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