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Alberto Menéndez

De mentor a contrincante

Dos socialistas asturianas formaban parte de la comisión ejecutiva de Pedro Sánchez: Adriana Lastra y María Luisa Carcedo. Y las dos se mantuvieron fieles al líder cuando la mitad de los miembros de la dirección del PSOE dimitió a pocos días de la celebración del comité federal de la organización que acabó con la dimisión del secretario general. Y para nada han bajado los brazos desde entonces: continúan respaldando al cien por ciento a Sánchez, no importándoles para nada que al frente de la comisión gestora del partido esté el que hasta no hace mucho tiempo era su máximo valedor, el secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA), Javier Fernández.

Adriana Lastra y María Luisa Carcedo llegaron a la ejecutiva socialista de Pedro Sánchez, en el último congreso del partido, de la mano de Javier Fernández. Fue él quien las propuso en las negociaciones con el nuevo secretario y los responsables del resto de las delegaciones territoriales, aunque también es cierto que ambas ya simpatizaban con el político madrileño.

Pero aun teniendo en cuenta la grave tensión que se está viviendo en el PSOE entre los partidarios de Sánchez y sus adversarios resulta extraño comprobar la frialdad con la que María Luisa Carcedo se refiere a Javier Fernández, una persona con quien durante muchos años mantuvo una gran sintonía política. Hay que recordar que ambos proceden del sector del SOMA que lideraba José Ángel Fernández Villa, y que el actual líder de los socialistas asturianos siempre la amparó desde la secretaría general de la FSA, al igual que a Adriana Lastra.

En la entrevista que publica hoy LA NUEVA ESPAÑA, María Luisa Carcedo evita referirse a Javier Fernández. Ni le nombra. Y de sus palabras se desprende claramente que las relaciones entre ambos están totalmente rotas.

Por otra parte, llama la atención el optimismo con que Carcedo hubiera acudido a unas nuevas elecciones con Sánchez como cabeza de cartel, ya que, dice, "íbamos con los deberes hechos".

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