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Vicedirector del Centro del Cáncer de la Universidad de Salamanca

El cáncer de mama

Ante uno de los tumores más frecuentes entre las mujeres, pero que también ataca a los hombres

El cáncer de mama es uno de los tumores más frecuentes dentro de la población femenina. Se estima que en España una de cada diez mujeres españolas puede sufrir cáncer de mama a lo largo de su vida. A pesar de esta alta frecuencia, la posibilidad de vivir más allá de cinco años tras el diagnóstico del cáncer de mama alcanza la cifra de un 80%, indicando que los tratamientos actuales son eficaces. Sin embargo, el porcentaje de mujeres que no superan la enfermedad es un argumento muy sólido para seguir luchando contra el cáncer de mama.

El riesgo de padecer esta enfermedad, al igual que ocurre con otros tumores, aumenta con la edad. Lo importante es detectarlo lo antes posible. ¿Cómo podemos detectar un cáncer de mama? Lo primero es realizar controles muy sencillos (autoexploración) y que nosotras mismas podemos realizar. La presencia de un bulto en la mama puede identificarse por la mujer (o el varón) al palparse su pecho, y esos bultos suelen tener la consistencia de una especie de "garbanzo dentro de un saco de arena". En ocasiones, también aparecen bultos en la axila. Sin embargo, es importante mencionar que a veces el tumor se encuentra más escondido en la mama, es más profundo, o bien es pequeño y solo se puede identificar mediante estudios mamográficos.

Como ya se puede intuir del comentario acerca de la detección por autoexploración, que he indicado en el párrafo anterior, el cáncer de mama también puede atacar al varón. Y como el sexo masculino está habituado a que esta sea una enfermedad femenina, cuando se detecta en un hombre suele estar más avanzado, lo cual empeora el pronóstico. Así que es importante que también los hombres conozcan este hecho y estén atentos ante la presencia de un bulto en su pecho.

Una vez identificada una masa en la mama, el diagnóstico de si es o no un cáncer ha de hacerse tomando una muestra (mediante biopsia) de esa masa. Es frecuente que esas masas sean quistes sin importancia, y esto es algo que debe tranquilizarnos, pero sin hacer que bajemos la guardia: ante cualquier duda acudamos al médico. Porque el cáncer de mama, si se detecta en sus estadios iniciales, se cura en un porcentaje elevado de pacientes.

Cuando el diagnóstico es la presencia de un tumor, es importante tomar decisiones respecto a su tratamiento. Y aquí topamos con diferentes variables que no podemos abordar en el presente artículo. Por ejemplo, una edad avanzada o un estado general de debilidad pueden ser contraindicaciones a la hora de decidir si se va a hacer o no una operación quirúrgica. Pero vayamos a un escenario común: el de una mujer madura, con buen estado de salud general, que se encuentra con un tumor mamario y que se ha diagnosticado en un estadio precoz. Evidentemente, en estas circunstancias la extirpación quirúrgica es el tratamiento de elección, junto a un tratamiento con fármacos o radioterapia para luchar contra células tumorales que podrían no haberse eliminado durante la operación, bien porque no fueran accesibles al cirujano o porque no hubieran sido detectadas. Es importante mencionar que cada vez con más frecuencia se lleva a cabo un tratamiento antitumoral con fármacos antes de la extirpación del tumor. Esto se llama tratamiento neoadyuvante, y lo que pretende es reducir la masa tumoral y la posible presencia de células que se hayan ido del tumor a otros sitios (metástasis). En ocasiones, el tratamiento también incluye radioterapia con el mismo fin de ayudar a erradicar células tumorales en la medida de lo posible. Es importante destacar que la eliminación quirúrgica del tumor, si es completa y no hay metástasis a otros tejidos, cura el cáncer de mama. Por eso es fundamental la detección precoz, porque si atacamos el cáncer de mama antes de que se haya extendido, se cura. ¿Cómo sabemos si el cáncer de mama ha iniciado su extensión a otros tejidos? Una manera de determinar esto es analizar los ganglios linfáticos de la mama o axila. Los ganglios se encuentran por todo el cuerpo y en cierto modo sirven de "filtros" o zonas de "aduana" a través de las cuales deben pasar células que se encuentren fuera de la circulación sanguínea y quieran penetrar en el torrente circulatorio. Si las células tumorales entran en la sangre, tras llegar al corazón, éste las bombea a todo el cuerpo. Y ese es el aspecto peligroso de un cáncer de mama, pues las células tumorales pueden anidar en tejidos vitales como el sistema nervioso central o el pulmón. El cáncer de mama no sería tan preocupante si no tuviera esta capacidad de expandirse a tejidos vitales.

Como se ha mencionado anteriormente, la radioterapia y la resección quirúrgica son tratamientos importantes, y suelen acompañarse de tratamiento farmacológico que suele perdurar meses o años. Para definir el tipo de tratamiento farmacológico, es necesario conocer el subtipo de cáncer de mama, pues no todos los cánceres de mama son iguales. Desde el punto de vista médico el cáncer de mama se ha clasificado en tres tipos: (1) con receptores hormonales, (2) con expresión elevada de una proteína denominada HER2, y (3) el cáncer de mama triple negativo. El tumor de mama más común es aquel cuyas células tumorales poseen receptores de hormonas (de estrógenos y de progestágenos). La interacción de esas hormonas con sus receptores es un potente estímulo para que el tumor crezca. El objetivo de las terapias con fármacos antihormonales es impedir la interacción hormona-receptor. Si impedimos dicha interacción, los tumores mamarios dejan de crecer. El segundo tipo de tumor mamario según su frecuencia es el tumor que llamamos HER2 positivo, caracterizando por la presencia de una cantidad anormalmente elevada de una proteína (HER2) en la célula tumoral. Representa aproximadamente un 20% de los tumores de mama, es agresivo y tiene tendencia a crear metástasis. Hasta los años 90 del pasado siglo, el pronóstico de este tumor era nefasto. Sin embargo, los investigadores han sido capaces de desarrollar fármacos que actúan sobre HER2 y esto ha cambiado de manera drástica el pronóstico de este tipo de tumor mamario. El tercer tipo de tumor de mama carece de expresión de receptores de estrógenos, de progestágenos, y de HER2, y por eso se llama "triple negativo". Este es también un tipo de tumor agresivo y del que sabemos poco. Como consecuencia, es un tumor difícilmente abordable desde el punto de vista clínico, y es tratado con quimioterapia convencional. Afortunadamente, el tumor triple negativo representa solamente un 15% de los tumores mamarios.

Quisiera finalizar este artículo expresando mi visión de lo que nos aguarda en lo que respecta al tratamiento del cáncer de mama. Si los investigadores siguen trabajando, es de esperar que las estadísticas de supervivencia e incluso curación sean cada vez mejores. Existen temas importantes en los que la investigación debe progresar. Descubrir los mecanismos responsables de la generación de tumores triple negativos, o el estudio de porqué fármacos que inicialmente son efectivos dejan de serlo, son dos aspectos críticos que debemos resolver. Otro aspecto que debe ser abordado es el refinamiento de tecnologías que nos permitan conocer las alteraciones moleculares de cada tumor, pues sabemos que estas características pueden repercutir en un tratamiento más personalizado del cáncer de mama. Además, otro campo de gran interés se centra en el estudio de los mecanismos que utilizan las células de cáncer de mama para migrar a otros tejidos vitales y anidar en ellos. Conociendo estos mecanismos podremos combatir mejor la enfermedad. El futuro nos depara avances importantes que sin duda favorecerán el tratamiento del cáncer de mama.

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