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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Disciplina de voto

Decidida por los socialistas la abstención en segunda ronda para permitir sin más sobresaltos la investidura de Rajoy, sólo falta por dilucidar si todos los diputados del PSOE acatarán la disciplina de voto y tomarán al unísono la senda marcada por el comité federal, la que conduce a impedir que haya que volver por tercera vez a las urnas. Pese a que la herida interna sigue sangrando, los mensajes avanzan que no habrá un inadecuado rompan filas en el Grupo parlamentario Socialista; para sobrevivir, en el difícil momento histórico que le toca vivir, el partido ha de ser monolítico.

Conste, de cualquier forma, que no debería estar castigada la disidencia cuando ayuda a resolver problemas mayores que los menores que pueda ocasionar. Si el voto en la sesión de investidura fuera secreto, en lugar de a viva voz como ocurrirá en unos días para bendecir de nuevo la elevación de Rajoy a los altares del gobierno, seguramente nos habríamos evitado los españoles en general estos meses de incomprensible desazón política y los socialistas en particular el poco edificante espectáculo de la publicitada división interna del partido más que centenario. Si bastaba la abstención de 11 diputados socialistas, si sólo 11 en desacuerdo con Sánchez hubieran podido romper el acuerdo dictado por la cúpula y además hacerlo de manera anónima, hace meses que el país tendría gobierno y el PSOE se habría evitado el bochorno reciente y el mal trago ulterior. En éstas, salta a la palestra Pedro Sánchez para anunciar que "pronto llegará el momento" en que la militancia "recupere y reconstruya" el partido. Pero, ¿desde cuándo los partidos son propiedad de los militantes?

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