La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sol y sombra

Demasiada flagelación

La abstención "por mandato imperativo" está resultando mucho más dolorosa para los socialistas de lo que el sentido común debería aconsejarles. El castigo que se autoimponen sería incluso excesivo tratándose de una catarsis al estilo de los antiguos griegos.

Algunos diputados sanchistas o pedristas, partidarios decididos del "no es no", se han ofrecido para "sacrificarse" por los demás absteniéndose y dejando el camino allanado para que la mayoría de sus compañeros pueda darle un corte de mangas a Rajoy. Otros, critican la solemnidad de Antonio Hernando por abandonar la idea original cuando en realidad ha sido el único que no se ha movido del sitio. Hernando sigue siendo el portavoz socialista, igual que lo era con Pedro Sánchez, y ha tenido que defender una idea con la que, probablemente, no está de acuerdo, por razones de estrategia y de supervivencia. Ya conocen a Groucho Marx: "Estos son mis principios, si no les gustan tengo otros"

No hay que flagelarse todo el tiempo. A fin de cuentas se trata de abstenerse porque no hay otra solución mejor. Pero los diputados afines a Sánchez que se quieren "inmolar" para que sólo sean unas cuantas las víctimas y no toda la tropa participan de una farsa atroz y desproporcionada sin haberse bajado todavía de la burra de que hay que dejar que gobierne el que más posibilidades tiene cuando al resto le resulta imposible hacerlo. Por no haberlo entendido el PSOE está como está, clamando al pie de los leones: con muchos de sus dirigentes y diputados recreándose aún en la ocurrencia analfabeta de que no hay que sucumbir frente al "golpe de estado" de los barones.

Hoy se sabrá a qué quiere jugar en el futuro el actor de este sainete que ha salido de escena para regresar.

Compartir el artículo

stats