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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Ejecutar es pena máxima

Cuando se habla de ejecutar un presupuesto -digamos que el de Gijón, ya que jugamos en casa-, a uno le suena mal, le suena raro y terrible: parecería que vamos a coger las cuentas municipales, las vamos a poner en fila de espaldas al paredón y delante de un pelotón de fusilamiento para someterlas, al amanecer y tras juicio sumarísimo, a una orden de ejecución. Y eso es un detalle feo que los números municipales, sean azules o rojos, no merecen. Ni incluso cuando sobrepasan la regla de gasto.

Tal debe ser el pensamiento loable y pacifista del equipo de gobierno de Foro, de tal manera que resulta imposible que año tras año logre ejecutar el presupuesto, que queda un ejercicio sí y el siguiente también vivito y coleando. Según se supo ayer, a falta de tres meses para culminar el año, sólo se había resuelto el 55 por ciento del presupuesto, de manera que si la Alcaldesa pretende liquidarlo de aquí al 31 de diciembre más que un pelotón de fusileros va a necesitar los cañones de Navarone.

Malo es que el Ayuntamiento de Gijón pueda cerrar el año con 54 millones de euros por gastar; peor se antoja aún que de esa elevada cifra dos millones correspondan a los Servicios Sociales. ¡Viva la Pepa y el superávit de 24 millones!

Algunos comentaristas futbolísticos llaman al lanzamiento de penalti "ejecutar la pena máxima". Parece que, en términos balompédicos, a Foro le produce enorme pesadumbre ejecutar su presupuesto. Sea por caridad cristiana o compasión, Moriyón prefiere mandar el balón de un punterazo a las nubes que a la escuadra y cerrar el partido.

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