La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

dfsdfsdf

Tengo un pálpito

Trump gana, siempre, porque conecta con un electorado que no tenía valedor: el de los mentecatos

Tengo un pálpito con Trump: creo que va a ganar. Aunque hoy no sea el vencedor. Me explico.

Va a ganar, aunque pierda, porque ha sabido conectar con un sector de población que no tenía valedor: el de los mentecatos. Y créanme, se trata de una capa social, transversal y todo eso, que crece aunque no lo haga la tasa de natalidad. Su triunfo, antes o después, llegará.

De acuerdo, es un político mostrenco, pero ya se ha visto que es capaz de encajar cualquier insulto, así que por ahí no hay nada que hacer, lo diga el "New York Times" o una hoja volandera (El FBI y el contubernio Putin-Wikileaks también han ayudado: más transversalidad).

Para acabar con Trump habría que acabar antes con la majadería. O, siendo más optimistas y políticos, reducir la brecha de desigualdad que no ha dejado de aumentar en Estados Unidos desde 2008. ¿Que tipos como él son los menos adecuados para acometer tal empresa? Por supuesto. ¿Que hay que ser muy lerdo para confiar tu futuro a un gañán así? No importa: muchos millones de norteamericanos lo hicieron ayer.

Trump es el último estadio de la política ultra de los States. Primero fueron los "neocon", que trabajaron naturalmente para las élites. Después vino el Tea Party, un punto más popular y fronterizo. Ahora llega el magnate y promete el paraíso al estrato más bajo, socialmente hablando, de esa pirámide derechista, racista y amante de los fusiles de asalto. Justo después de un negro "socialista" y en liza con una mujer que es una perfecta ilustración de lo que "la América blanca y pobre-trabajadora" más detesta.

Pero Trump va a trabajar para los mismos que Bush jr., para los de Paul Ryan y Karl Rove, no para la América con sobrepeso y empleo precario, a la que ha cortejado acertadamente jaleando sus miedos y sus odios. Como saque a todos esos necios a votar, no habrá minorías étnicas ni mujeres suficientes para ofrecer un contrapeso.

Y si no gana, el daño está igualmente hecho. Él seguirá en campaña, reclamando votos aquí y allá, denunciando el amaño de las elecciones con su tupé zanahoria y sus rubicundos mofletes. Y si tiene que darse por vencido, créanme que volverá a intentarlo en 2020, de nuevo a la cabeza de ese ejército de sandios que Washington lleva años maltratando.

Einstein dijo: sólo "dos cosas son infinitas, la estupidez humana y el universo, y no estoy seguro de lo segundo".

Que Dios nos ayude.

Disculpen el tono faltón y apocalíptico: tengo miedo.

Compartir el artículo

stats