Alguien con fina ironía y notable sentido periodístico apuntó en su día, en el largo periodo de más de tres décadas en que la izquierda gobernó el municipio más poblado de Asturias, que Gijón parecía "una ciudad soviética". Se refería al empeño de los socialistas gijoneses en convertir casi todo lo privado en público; su afán por constituir empresas municipales, por socializar servicios que podrían haber sido gestionados por empresas y que sin embargo acabaron siendo prestados por el Ayuntamiento. La lista es extensa y permanece inalterada prácticamente desde que Foro alcanzó el poder municipal, primero de prestado y en la actualizad en medrosa mayoría minoritaria.
En un primer momento los foristas gijoneses, animados por el lógico afán liberalizador de los gobernantes de derechas, se plantearon la privatización de algunos de esos servicios municipales, pero dieron marcha atrás a las primeras de cambio. El Ayuntamiento estaba suficientemente saneado como para justificar la "venta" de determinados servicios de prestación municipal que seguramente muchos ciudadanos no entenderían.
Pero hete aquí que Moriyón tragó con la propuesta de sus amigos podemistas de remunicipalizar el servicio de asistencia a domicilio y ahora Izquierda Unida se sube al carro y reclama retornar también a la casa grande la conservación viaria, el mantenimiento de la red semafórica y el del alumbrado público. Y a rescindir los contratos de todo lo que fue externalizado. No pasará pero si ocurriera, alguien tendría razón en rebautizar a esta ciudad como Gijongrado.
