Antonio Hernando, portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, colecciona arrobas de incomprensión por parte de propios y extraños. Resulta que se encasilló en uno de los papeles principales del "no es no", eslogan de tres palabras de la famosa superproducción de Pedro Sánchez, el hombre del programa de dos letras (no). Más tarde, donde dije digo, digo Diego, Hernando defendió la postura intermedia de la abstención con el fin de sacar a sus compañeros socialistas del atolladero donde se encontraban y facilitar la investidura de Mariano Rajoy y, a la vez, la formación de un gobierno.
Ahora, después de recibir suficientes palos por su conducta algo errática, ha reconocido que se equivocó al empecinarse tanto en la negativa. Lo podrán llamar inconsistencia pero admitir los errores ennoblece al individuo. A veces es mejor dar marcha atrás como Hernando que precipitarse al abismo cuando no existe otra salida.
El caso es que el portavoz del Grupo Socialista lo sigue siendo gracias al error subsanado a tiempo. En esta ocasión ha tenido que pronunciarse de nuevo y de modo concluyente sobre la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. "Descarto la abstención porque siempre hemos votado en contra", ha dicho sobre un proyecto que el PSOE no ha tenido aún la oportunidad siquiera de conocer. Hernando pisa fuerte y no creo que corra el riesgo de equivocarse y tener que responder a la equivocación: los socialistas están convencidos de que han hecho suficiente esfuerzo con abstenerse en la investidura y el desgaste tendrá que correr a cuenta de otros: nacionalistas vascos, canarios, etcétera. Rajoy tendrá que buscar los apoyos hasta debajo de las piedras.
Esto no ha hecho más que empezar.
