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Directora de la Cátedra Leonard Cohen | Universidad de Oviedo

Una voz altruista

El artista que donó el premio "Príncipe" a la Universidad de Oviedo

Y entonces ya tenía una voz, pero no tenía el instrumento para expresarla, no tenía una canción. Leonard Cohen, discurso del premio "Príncipe de Asturias" de las Letras 2011

"Llega un momento en que no tienes ganas de perder demasiado tiempo", afirma Cohen en una entrevista a Sylvie Simmons en la preparación de su biografía publicada en 2012. El artista, que no concebía la jubilación, trabajó hasta su último aliento. El día 21 de octubre salía a la venta su último disco, considerado su testamento musical y valorado por la prensa especializada como su última gran obra de arte, en la que temas recurrentes de su obra como la espiritualidad, la religión o el amor, aparecen aquí en forma de despedida vital. La utilización del órgano en sus canciones -instrumento vinculado a los usos religiosos y a la espiritualidad-, y el coro de la Sinagoga Shaar Hashomayim, su característica voz, que más que nunca desdibuja la frontera entre la recitación -¿la oración?- y el canto, hacen del tema que da nombre al álbum, "You Want it Darker", una auténtica despedida, un auténtico réquiem.

Cohen había dado señales de que conocía que su final estaba cerca. En julio, poco antes de la muerte de su adorada Marianne, tras conocer su estado terminal, le enviaba una carta en la que aseguraba que la seguiría pronto. Pocas semanas antes de la presentación de su disco concedía una entrevista a "The New Yorker" en la que afirmaba que estaba "preparado para morir".

Y, sin embargo, vivirá para siempre a través de su imprescindible legado. Cohen, tal como subrayaba el Jurado del Premio Príncipe de Asturias, ha sido un autor capaz de influir en varias generaciones. Lo hizo a través de su capacidad de reinvención, al mismo tiempo que mantuvo un estilo personalísimo en lo literario y lo musical, utilizando la canción como medio de comunicación.

En la recepción del premio reconoció la ascendencia que España tuvo en su obra, tanto a través de su identificación con el lenguaje de Federico García Lorca, como en las esenciales enseñanzas de un guitarrista español en Montreal, momento en que encuentra el medio para expresar su voz.

De Leonard Cohen hemos de resaltar su altruismo: tuvo la generosidad de donar su premio a la Universidad de Oviedo, creando la Cátedra con su nombre cuyos objetivos son, además de incentivar el conocimiento y la difusión de su obra, programar actividades culturales en torno a la creación poética y musical. En la Facultad de Filosofía y Letras tenemos, además, un recuerdo imborrable de su paso por el centro cuando mostró una humildad sorprendente en un artista de su talla, ofreciendo su profundo agradecimiento por la atención que los estudiantes y la Universidad mostraban a su obra.

Nos queda desearle un buen viaje, como se él mismo lo deseó a su querida Marianne. So long, Leonard Cohen.

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