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José María de Loma

Rajoy se hace un congreso

A Rajoy le ha dado un leve ataque de hiperactividad y ha convocado el congreso de su partido. Será entre el diez y el doce de febrero. Como síntoma del estado de las cosas y de las lealtades, vimos que al llegar a la junta directiva nacional y anunciar la buena nueva, los presentes le dieron un aplauso.

Rajoy está más delgado, más indiscutido, más sonriente y sin presupuestos. Con el fantasma de nuevo de las elecciones, para primavera, si las cuentas del Estado no son apoyadas por los socialistas o/y otras fuerzas. Rajoy quiere limpiar el partido. No se sabe por qué no lo ha hecho antes. Lo va a limpiar cuando toda la porquería ha aflorado ya. Lo va a limpiar de corruptos cuando todos los que son están en el banquillo o la cárcel o rezando para que sus desmanes y trincalinas, mangancias varias, prescriban.

La gran incógnita del cónclave es saber si Cospedal va a continuar de número dos del partido, es decir, de secretaria general. Ella quiere.

Casi el mismo día del nombramiento les dijo a los tertulianos de 13TV que no veía incompatibilidad ni problema, que otros secretarios generales ya habían compatibilizado este menester con un ministerio.

Sus contrarios no opinan así. Y la realidad, creemos que tampoco.

Rajoy le ha dado a la expresidenta de Castilla-La Mancha un ministerio importantísimo pero poco político, no de primera línea. No ve uno a una misma persona mandando tanques por la mañana, destinando un capitán general a Canarias o pidiendo ver cómo está la inversión en helicópteros y luego a la tarde dirimiendo si hay que echar de la secretaría general de Malgrat de Mar a un nota o si puede atemperar una guerra orgánica interna en Burgos o Tomelloso. Es cierto que Bono tuvo tiempo par zascandilear por cuarteles y al mismo tiempo ir escribiendo unas memorias que son tan jugosas como bien pagadas. No va a pasar a la historia como diarista ni como ministro, pero al menos empleó bien el tiempo, siempre que uno considere que tener ejército y dirigirlo es una ocupación que merezca considerarse.

Los Marotos, Pablo Casado, etcétera, y los cachorros alimentados para la política televisiva (los Levy, que son poco vaqueros) aguardan su oportunidad y retener poder y superar a veteranos. El PP ha alcanzado el Gobierno y tendrá el partido puesto a punto antes de carnavales, fecha para la que el PSOE aún estará con la máscara puesta.

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