La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Defensa de la amistad

Se lee en la Biblia que quien encuentra un amigo es como si hubiese hallado un tesoro. Con frecuencia ocurre, sin embargo, lo contrario: encuentras un tesoro y entonces te llueven los amigos. Hay quien piensa, y puede que tenga razón, que en la prosperidad nuestros amigos nos conocen; en la adversidad somos nosotros quienes conocemos a nuestros amigos. Tal vez por ese motivo las buenas amistades se cuenten con los dedos de una mano y aún pueden sobrar el pulgar y el meñique. La amistad es un valor que, lamentablemente, cotiza a la baja en el mercado del individualismo.

Líbrenos Dios, sin embargo, del abrazo cariñoso de un desconocido en plena calle: alerta la Policía de Gijón que puede tratarse de un hábil carterista ávido de abrillantar la billetera del prójimo. Un abrazo alivia las tensiones, disminuye el estrés, mejora el flujo sanguíneo y la autoestima. Adónde hemos llegado si un gesto de cariño tan relevante como un achuchón entre amigos puede dar pie a la comisión de un hurto en un abrir y cerrar de brazos. Tiene delito que cada vez más desaprensivos se empeñen en sacar provecho de la buena fe de los demás, de la necesidad absoluta de cariño. Como para no perder la fe en la especie humana, que desciende del mono y sigue descendiendo. Dice mi médico que las mejores vitaminas A, B y C son Abrazos, Besos y Caricias. Recomiendo encarecidamente a todos ustedes ese tratamiento, que no requiere receta. Por mucho que la delincuencia saque tajada de la fraternidad, abrácense mucho. Y defiendan ese gesto a brazo partido.

Compartir el artículo

stats