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¿Todo por no haberle dado el capricho?

La interpretación a través de los símbolos está más cerca de la cartomancia que de la lógica, pero como sistema auxiliar sirve. A fin de cuentas la mayoría de las obras humanas son de naturaleza simbólica. Por ejemplo los rascacielos, emblema del poder y la falocracia, un tropismo humano que no pudo ser erradicado ni a través de la fábula de la torre de Babel. ¿Cuánto tributo paga la victoria de Trump a la memoria doliente del 11-S, día en que los símbolos gemelos del Imperio se convirtieron en túmulo funerario? El Presidente electo es, por encima de todo, un constructor de rascacielos, que tras el 11-S se ofreció para volver a levantar las Torres. Jehová castigó a los constructores de Babel con el multiculturalismo, ergo sin multiculturalismo se puede subir más alto. Bien dejémoslo ahí, pues el juego simbólico a veces emborracha, pero tal vez debieron haberle dejado levantarlas.

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