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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Palos al perro flaco

Al perro flaco de Gijón todo se le vuelven pulgas y estacazos. Se conoce el mismo día el castigo del Comité de Competición al Sporting por los insultos racistas de cuatro energúmenos al futbolista Iñaki Williams y el amago de multimillonaria multa a España por incumplir la normativa europea de saneamiento y depuración de aguas en Gijón y otras 16 localidades del país.

Llama la atención que en ambos casos paguen justos por pecadores. Que se clausure una parte del estadio rojiblanco por la acción de unos pocos es una medida desproporcionada, aunque al club compete, dentro de sus responsabilidades, atajar cualquier asomo de manifestación racista en el recinto deportivo que gobierna. Y los que ladren, a la perrera.

De igual modo somos la mayoría de los gijoneses paganos de la desidia de unos pocos, en este caso de quienes se empecinaron en construir una estación depuradora de aguas residuales en El Pisón contra la opinión de los vecinos afectados, que propinaron al proyecto sucesivos revolcones en los tribunales hasta conseguir que el Tribunal Supremo declarara la obra ilegal. ¿Quién pierde con esta paralización "sine die" de la depuradora de la zona Este? Media ciudad de Gijón, cuyos vertidos llegan al mar sin tratamiento, por mucho que los aleje de la costa un emisario submarino.

El Sporting, por otra parte, parece de un tiempo a esta parte el laboratorio de las maldades de la Liga de fútbol, que parece haber elegido al perro flaco como chivo expiatorio. Si querían ejemplarizar, que apunten al Bernabéu o al Camp Nou. Pero no hay redaños.

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