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Xuan Xosé Sánchez Vicente

Señor San Jerónimo

"Suelte usted la piedra con que se machaca, me pegó con ella", encopla Antonio Machado. Así la conducta de los partidos de izquierda con respecto a los presupuestos asturianos.

Los presupuestos son un instrumento esencial de la actividad gubernamental y con respecto a la economía. Frente a unos prorrogados, permiten inversiones nuevas, subir sueldos, ajustar subvenciones o tasas, pagar a tiempo a los proveedores?: incentivan la economía y ajustan ciertas disfunciones o injusticias. Es cierto que, con el tiempo, alguno de esos problemas puede solventarse mediante leyes ad hoc y créditos extraordinarios. Pero ello significa demora, y conlleva siempre problemas. De modo que los presupuestos no son, en su fundamento, un interés del Gobierno o de la oposición, sino de los ciudadanos y del empleo.

No parece que sea fácil tener unos presupuestos para 2017. Tras haber pactado unos con el PP para el 2015 y prorrogado los del 2016, el PSOE no quiere acordar nada con la derecha, máxime tras la abstención para que Rajoy formase gobierno. Con ese pretexto, IU pone también distancias con los socialistas. Podemos, en su línea de siempre, no quiere acordar nada con el PSOE, para mantener la pancarta de que PSOE y PP son lo mismo.

¿Los perjudicados? Naturalmente, ciudadanos y parados. Todos, usted, yo y los votantes y militantes de cada uno de esos partidos.

Decimos que los partidos no miran más que a su interés. No es cierto, si los partidos no llegan a acuerdos es porque se lo exigen militantes y votantes. Así que ya ven ustedes cómo los prejuicios ideológicos castigan a quienes los mantienen, al mismo tiempo que a los que no los tienen. Como en la copla de Machado.

O tal vez, más asturiano, como el quijotesco episodio de Maritornes (reléanlo): "Dábanse tan sin compasión todos a bulto, que a doquiera que ponían la mano no dejaban cosa sana".

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