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Sol y sombra

El viaje de Sánchez

El entorno de Susana Díaz considera que Pedro Sánchez "está acabado". No sé, puede que estén vendiendo la piel del oso antes de cazarlo, menospreciar al adversario es un error. El problema del PSOE con su exsecretario general nace precisamente del menosprecio: de haberlo querido dirigir mediante unos hilos durante una etapa de transición por tratarse de un mindundi pero sin darse cuenta hasta qué punto alcanzaban su testarudez y ambición. Sánchez no es un buen político, ni siquiera un dirigente fiable, sin embargo ha demostrado un tesón y una fe inquebrantables, y una osadía sin límites que lo hace peligroso para los suyos y también para los demás.

Probablemente el susanato tenga razón y de aquí a principios de verano, que es cuando está previsto el congreso socialista, el camino se le haya hecho demasiado largo a Sánchez, eche una mirada hacia atrás y no vea a nadie siguiéndole. Actualmente cuenta con el apoyo de poco más de media docena de barones, algunos de ellos bastante irrelevantes, pero la política teje y desteje alianzas como se fríen churros. Lo que hoy están con uno, mañana pueden estar con otro. Iceta, por ejemplo, ayer mismo clamaba: ¡¡Peeedro!!. Ahora se encuentra en el receso acordado por Ferraz y el socialismo catalán. Es decir, en el limbo.

Pedro Sánchez, el aprendiz de brujo destronado, confía mucho en los 175.000 militantes obnubilados por el "no es no", su programa político de tres palabras, pero es imposible predecir a estas alturas cuál sería el resultado en unas primarias que podrían abrirse a los simpatizantes, según las pretensiones del PSOE andaluz. Susana Díaz, todavía no se sabe con certeza lo que va a hacer, pero sólo dará el paso adelante para liderar el socialismo con las garantías suficientes de que va a imponerse. El viaje en Peugeot de Pedro Sánchez por las sedes comenzará, al parecer, el próximo sábado. Es un viaje contra el olvido.

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