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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Las vacas del turismo

Después de unos años de zozobra y penumbra en que la estadística del turismo en Gijón mantenía con tozudez una imparable línea descendente, los números redondos de la actividad turística en esta ciudad comienzan a enderezarse. Puede que no hayan llegado aún las vacas gordas, pero al menos estas flacas que empiezan a pastar plácidamente han dejado de ser paupérrimas. La crisis fue tan intensa que afectó tan fieramente al movimiento de personas como al de capitales y mercancías. Y uno de los que más se resintieron del pánico de la gente a moverse del sitio, de amarrar, fue el sector turístico.

Lo sorprendente es que crezcan tan notablemente los datos estadísticos de los últimos meses -así lo certifican los recién dados a conocer, correspondientes al mes de octubre- sin que hayan mejorado las malas comunicaciones que aún, bien entrado ya el siglo XXI, afectan a esta región y a esta ciudad costera cada vez más embarcadas ambas en potenciar su capacidad de atracción turística. A estas alturas seguimos aguardando la llegada de un AVE que es pájaro de mal agüero para los asturianos, que no alcanza a salir del túnel; y seguimos sufriendo una oferta aérea larga de precios y estrecha de aviones, por mucho que haya hoy más vuelos y más baratos que hace bien poco tiempo. El sector turístico, a su vez, haría bien, además de reclamar a las compañías aéreas más aviones, en mejorar sus prestaciones y en mostrar más ambición, más altos vuelos, para hacer de la oferta local la más atractiva en un escenario de ciudades muy competitivas. Eso es lo que hace falta: un Gijón con visión de futuro, de miras más elevadas. Lo cual no sólo compete a los hosteleros y a los que viven del turismo, también a los gestores de la cosa pública pero, sobre todo, a cada uno de los ciudadanos.

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