Pero, por qué no van de cara de una vez los dos, Podemos y PSOE, y así acaban ya con el tira y afloja de supuesta negociación que parece no tener fin. Basta de teatro, de espectáculo, de postureo, o como se le quiera llamar. O se es proclive a la negociación o no. Por lo visto, no ahora, sino en el último año y medio, ni uno ni otro partido están por la labor de intentar llegar a algún tipo de acuerdo que facilite la gobernabilidad de Asturias. Pues si es así, lo mejor para la región, y hasta incluso para ellos mismos, es que den por cerrado el capítulo de los pactos y vayan cada uno por su camino. Por el contrario, si es que ahora -por fin- se han dado cuenta de que el acercamiento es posible, que se sienten a hablar y no se levanten de la mesa hasta que lleguen a un acuerdo o rompan definitivamente. Todo menos seguir mareando la perdiz.
Dentro de esta estrategia del partido morado de mezclar aparentes buenas intenciones con duras críticas al Gobierno de Javier Fernández, se puede inscribir el aparente ataque de celos de ayer del portavoz podemista en la Junta General del Principado, Emilio León, molesto con que el Ejecutivo autonómico, en su opinión, se muestre más amable con el PP que con Podemos en la negociación presupuestaria. Podría dar la impresión de que a León le afectaría esta actitud de los socialistas, cuando realmente no es así. A su organización lo que le conviene (o al menos es lo que busca) es que el Gobierno del PSOE saque adelante el Presupuesto del Principado con el apoyo del PP. Así podría seguir insistiendo en la cantinela del favor por favor entre socialistas y populares en Madrid y en Asturias, siempre con Javier Fernández como gran protagonista. Y de ahí también la insistencia de éste en sostener que su prioridad pasa por un pacto de izquierdas con Podemos e IU.
Tal como se están desarrollando los acontecimientos, lo que falta por saber es sólo cómo escenifica cada parte, socialistas y podemistas, la ruptura de relaciones.
