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Nueces de California

Furloughs & Wallys

Las diferentes formas de encarar la crisis de la Universidad española y la de California

Repartir no es sólo una cuestión de justicia,

sino también de necesidad.

El reparto que no tiene en cuenta el mérito,

no es reparto, es mamoneo.

(El libro de Petete del Gestor).

No sé Ustedes, pero yo ya llevo mucho tiempo preguntándome por qué España es un país en crisis perpetua y cuáles son los aspectos sociológicos de ésta última, que nos ha atizado bien de lo lindo a la clase media y trabajadora. Si les digo la verdad, cuando todo comenzó en 2008 yo estaba con mi familia en California, y no nos imaginábamos la importancia que iba a tener en nuestro país. Nos llamó mucho la atención la forma en que California asumió la situación de bancarrota, y como desde la capital, Sacramento, el gobernador Schwarzenegger y demás líderes legislativos anunciaron que había que recortar el gasto en 26.000 millones de dólares, de la que hoy es sexta economía mundial. La Universidad de California se vio forzada en 2009 a recortar su presupuesto un 20%, es decir, alrededor de 813 millones de dólares, y la Universidad de Berkeley -donde yo estaba de año sabático- tuvo que tomar medidas drásticas, con algunos despidos en puestos que no consideraba clave, así como recortes salariales importantes. Pero los americanos son diferentes y los californianos mucho más, y hacen las cosas de forma diferente, mucho más lógica y pragmática. El equipo de rectores de la Universidad de California, el UC Board of Regents, aprobó en 2009 un plan de emergencia que obligaba al 80% de los 180.000 empleados a tomar vacaciones forzosas no pagadas desde 11 a 26 días durante 2010. A esto los americanos lo conocen con un nombre de difícil pronunciación: "furloughs". El Presidente de la Universidad defendió el plan de "furloughs" obligadas para impactar lo mínimo el ecosistema de la Universidad de California, que para que se hagan una idea, incluía cinco centros médicos, tres laboratorios nacionales de investigación y contaba con 225.000 alumnos: el futuro de California debido a su motivación y su talento. La contratación en la Universidad de Berkeley disminuyó desde unos 100 profesores al año a sólo 10. Fíjense que no la paralizaron, como fue el caso en España, porque saben que deben siempre incorporar talento, venga de donde venga, si quieren seguir siendo los mejores. Y aquí entre tanto, nuestro rector andaba a vueltas con el cava y el Moët Chandon.

Como resultado de ésta política, muchos profesores descubrieron las vacaciones. He de explicar que en la mayor parte de las universidades americanas contratan a los profesores durante los 10 meses que dura el año académico, y en los dos meses restantes, de verano, el profesor debe costearse su sueldo con becas de investigación y proyectos con empresas. No tienes proyectos, no cobras. Bueno, eso no es así porque un tipo que nada mueve no hubiese entrado en estas Universidades. Esto hace que durante esos meses los profesores sean casi "free-lance", aunque lo que llaman "los beneficios" estén cubiertos, generando un ecosistema económico muy dinámico en el que universidades, fundaciones y empresas se dan la mano. ¡Casi, casi, casi, como en la Universidad española! Esa fue una circunstancia que me sorprendió y tardé en comprender, hasta que un día pregunté a Jamie Rector, el catedrático con el que trabajaba. El me respondió a la gallega, es decir, con una pregunta: ¿Juan, qué hace un profesor que no hace ningún tipo de investigación y que no tiene docencia durante los meses de verano? Hice ademán de reflexionar un instante, pero me respondió él antes: Nothing! (nada). Entonces, ¿Por qué pagarle para que venga? Jamie es profesor, pero también es empresario. De hecho hizo fortuna varias veces vendiendo sus inventos en el terreno de la geofísica. En Estados Unidos, que un profesor forme su empresa paralelamente a su actividad académica está muy bien visto, porque aporta riqueza a la Universidad, al ecosistema y también al país. En España es lo contrario, y la normativa de creación de "spin-offs" no facilita para nada que se genere riqueza. Aquí, la situación parece la venganza de Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio. Me imagino que conocen la historia: Pepe Gotera es el jefe, el que mira y manda sin mancharse las manos. Otilio, es el currante, que sin embargo piensa más en la hora del bocadillo que en ponerse a trabajar, un artista del sindicato. Según la visión universitaria imperante, trasnochada y desfasada, los Pepe Goteras son los catedráticos, y los Otilios los becarios. Tanto es así que en la legislación de creación de empresas, se asume que la innovación proviene siempre de los becarios, y los Gotera son sanguijuelas. ¡El mundo al revés!, aunque no seré yo quien defienda a colectivos tan heterogéneos, en uno y otro caso. Hay veces que uno se pregunta en qué tómbola ha conseguido alguno su cátedra. Otras veces, es todo lo contrario, y hay profesores con un gran currículum que están infravalorados, aunque obviamente el talento termina aflorando y triunfando. Es como el cuento del Rey Arturo, que como ya expliqué, no es nombre de perro.

En definitiva, en la Universidad española siempre nos estamos repartiendo la miseria. Por eso hay algunos, que son como Wally: están hasta en la sopa, en misa y repicando, con las mujeres de la vida y también con Monseñor. Pero Wally no está solo, está Wenda, su hermana de ambiciones. Está Woof, el perro de pelaje blanco que conoce bien a sus amos, y sabe de qué pie cojean. Y obviamente está Odlaw, el antagonista de Wally, porque Waldo y Odlaw son palabras enantiómeras. Por último está BarbaBlanca, que es un mago, como esos fenómenos que venden humo y te dicen que te van a apoyar, que la ciencia es muy importante (y lo es), que,? Bla, Bla, Bla. Los Wally no son sólo vanidosos, son más que eso, cánceres, lucios en una piscina de truchas. Y luego están todos los demás, los espectadores, que saben que les están birlando la cartera, pero que no dicen nada, son mudos, o están bien callados: es la conjura de los necios. ¿Saben que su autor, J. K. Toole, se acabó suicidando antes de publicar esta novela, y que solo gracias al empeño de su madre vio la luz y ganó el Pulitzer? Toole diría que estos Wallys no tienen mecanismo de apoptosis, que son lobos con piel de cordero, buitres vegetarianos, amorfos afamados y famélicos, pedigüeños, buscones, tramposos, lazarillos,?

Cada cual debería reflexionar antes de morir (porque todos pasaremos por ahí) qué coño ha hecho en esta vida, aparte de defecar; a quien ha hecho daño queriendo, y a quién ha beneficiado, queriendo o sin querer; y por qué cuando llegue el día, nadie, ni los más idiotas, le echarán de menos, y habrá sido un puro sumidero de energía, un agujero negro, la antimateria.

Termino con un problema de física: un aldeano le dice a su burro que tire del carro, y éste, le responde que no merece la pena, porque si él tira del carro, el carro ejercerá una reacción, la resultante será nula, y por lo tanto no se moverá. ¿Cómo explicar al burro que está equivocado? Imposible: el burro, como Wally, cree que siempre tienen razón. Por eso son vanidosos, y les gusta salir en las fotos obviando al resto. ¡Oops, una mariposa en la máquina de escribir!

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