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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Se apagan las velas

Queda la estirpe, pero la saga de los grandes hombres del Gijón del siglo XX se está apagando como una vela, como se fueron consumiendo de manera tenue los últimos días de la vida de Claudio Fernández Junquera, capitán de la empresa asturiana, indomable naviero, hombre comprometido con su ciudad y su tiempo, un visionario, un filántropo.

Pocos aspectos de la vida general de esta ciudad de las últimas décadas quedan al margen de la presencia directa o de la sombra de Fernández Junquera, alumno aventajado de los Jesuitas, estudiante de Comercio en Gijón y de Derecho en Oviedo, concejal en el Ayuntamiento con Bertrand de alcalde, el hombre que, en el Gijón de la década de los sesenta del pasado siglo, con unas conducciones obsoletas y graves problemas de abastecimiento por las fugas, se inventa la Empresa Municipal de Aguas.

Mano derecha de otro legendario gigante, Luis Adaro, continuador de su obra y colaborador necesario, ayudó a levantar el recinto ferial y a engrandecer el escaparate anual de la Feria de Muestras, desde la Cámara de Comercio.

Tan Alvargonzález y tan Junquera, tan de mar por tanto, nuestro hombre, a quien hoy esta ciudad recuerda con honores de personalidad relevante, ayudó a situar a El Musel, que es puerta de Gijón y puerta de Asturias, en lo más alto de la escala de la actividad económica regional. También desempeñó en el puerto el legado previo de sus ancestros.

Y el hombre político, por último, primer presidente de AP en Asturias, de ésos que dimitían, lo que ya no ocurre por estos lares, cuando alcanza el descalabro electoral.

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