Uno de los principales asuntos que debe dilucidar el nuevo Plan General de Ordenación (PGO) de Gijón es definir el uso del suelo de parte de la franja costera de El Natahoyo que en la actualidad ocupan los astilleros, memoria de lo que fue la floreciente industria naval de esta ciudad, de la que ya sólo queda en activo la instalación de Armón en los terrenos del histórico Juliana. Se trata del último espacio de la franja marítima local pendiente de recuperar, entre las playas de Poniente y de El Arbeyal, un entorno privilegiado que está llamado a convertirse en escaparate del Gijón del siglo XXI.

En los primeros pasos de la tramitación del PGO se han ido limando cuestiones relacionadas con este espacio urbano que figuraban en la propuesta inicial de los redactores del plan. Los grupos municipales han pactado la renuncia a cualquier pretensión de uso residencial en los terrenos que ocupaba Naval Gijón, donde se mantiene el industrial compartido con usos terciarios de carácter comercial.

El Plan Estratégico de Gijón, en cuya elaboración han participado expertos de distintos ámbitos, incluye como una de sus ideas prioritarias la creación de un Parque del Mar en el suelo donde actualmente se asienta Naval Gijón, astillero inactivo desde hace años que sólo se utiliza para dar cabida cada verano a la "Semana negra". La iniciativa incluye la creación de un centro tecnológico en el solar resultante y la potenciación de actividades económicas ligadas a la cultura del mar, desde los deportes náuticos a la acuicultura, pasando por las energías marinas.

Una línea similar defiende el PSOE municipal para esta zona, que ha propuesto adquirir los terrenos de Naval Gijón para ubicar en ellos un nuevo polo del Parque Científico y Tecnológico, dedicado a las energías renovables, basándose en el ejemplo de Goteborg, ciudad sueca que transformó sus antiguos astilleros en un espacio de implantación universitaria y empresarial, arquitectónica y visualmente muy atractivo.

Resulta evidente que el centro funcional de Gijón se está desplazando hacia el occidente de la ciudad, con el traslado a esa zona de la Comisaría de la Policía Nacional, la sede de los Juzgados o la creación del Acuario. Y ese cambio quedará aún más claro cuando se edifique, también en este entorno urbano, la futura estación intermodal prevista en el plan de vías de Gijón. De manera que toca afrontar nada menos que la definición del futuro de una de las zonas más emblemáticas de la ciudad, un espacio de lejana tradición industrial de la que ya sólo quedan el Tallerón de Duro Felguera y el astillero de Armón, y que exige repensarse para acometer en su lugar el diseño de nuevos espacios productivos.

La recuperación de los terrenos de Naval Gijón debe convertirse en motor de un cambio de imagen para El Natahoyo y la zona oeste de la ciudad, donde es preciso acometer, a la luz del nuevo planeamiento, una actuación ambiciosa de regeneración urbanística con espacios públicos de esparcimiento de la que todos los gijoneses puedan sentirse orgullosos.