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Alberto Menéndez

Sin cambio de ritmo

No hay motivos para cambiar de estrategia. Eso al menos es lo que piensa la comisión gestora del PSOE, cuyo presidente, el asturiano Javier Fernández, continúa apelando a la necesidad de enfriar los ánimos en el partido antes de concretar las fechas en las que deberá procederse a la renovación de la organización, tanto en lo que concierne a la política como a las personas que deberán liderar la nueva etapa de la centenaria formación, que se presume larga y complicada.

Javier Fernández volvió a repetir ayer en Madrid que la gestora del PSOE no se precipitará, dando así de lado a quienes insisten en exigir a la dirección provisional del partido que dé portazo de forma inmediata a su interinidad y convoque ya las elecciones primarias y el congreso.

Puede que el exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez viajase a Asturias el pasado sábado con la intención de presionar a Javier Fernández, de intentar inquietarle y hacerle cambiar de opinión. Si así fuera es evidente que se equivocó de plano, pues el líder de los socialistas asturianos da la sensación de que cada día que pasa está más convencido de que el ritmo marcado por la comisión gestora es el adecuado.

Otra cosa es que actos como el de los sanchistas en El Entrego erosionen la imagen pública de Javier Fernández, tanto aquí como fuera de la región. Su liderazgo en Asturias era incuestionable hasta hace sólo unos meses; y ahora ha surgido un sector crítico que no es precisamente lo que más le conviene a un partido que bastante tiene con buscar alianzas que le permitan al Gobierno de Fernández seguir sobreviviendo con sólo el respaldo seguro de 14 de los 45 diputados de la Junta General.

El actual presidente de la gestora socialista es consciente de que el paso del tiempo le puede acabar pasando factura política. Lo más cómodo para él sería acelerar los trámites congresuales. Pero no lo hará. Y probablemente, piensan los que le conocen, responderá con más firmeza a las provocaciones de los sanchistas.

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