El actual escenario político asturiano es exactamente el que quería Podemos, el que venía buscando desde hace meses, casi, casi se podría decir que desde que se inició la legislatura autonómica. Otra cosa es que los dirigentes regionales del partido morado vayan a sacar la rentabilidad electoral que habían calculado de hacerse efectivo, como así ha sido, un acuerdo presupuestario entre socialistas y populares. Son muchas las variables a tener en cuenta. Y muy cambiantes. Ni la situación política, ni la económica, ni la social son las mismas de hace solamente un año. Pero es que hasta el propio Podemos ha cambiado, como se demuestra cada día con los continuos avatares internos que evidencian un resquebrajamiento de la organización. Una organización que hay que recordar que se formó en torno a la figura de Pablo Iglesias, cuyo liderazgo (o al menos sus métodos para mantener ese liderazgo) están siendo cuestionados por una parte importante de los militantes (inscritos), entre los que se encuentran los más conocidos responsables del partido en la región.
La estrategia de Podemos Asturias (como la de la dirección nacional de la formación) era y sigue siendo debilitar al PSOE. Y para conseguirlo, nada mejor que presentarlo como un partido que prefiere pactar antes con la derecha que con los grupos progresistas, aunque lo cierto es que en ningún momento Podemos se mostró dispuesto no ya a firmar nada con los socialistas asturianos, sino incluso a avanzar en las negociaciones, que siempre estuvieron estancadas. Todo lo contrario de IU, aunque al final, el sector de esta coalición partidario de la unidad de acción con los podemistas dio al traste con cualquier aproximación al Gobierno socialista de Javier Fernández.
Podemos-Asturias no se ha desviado ni un milímetro del rumbo inicial que se había marcado. Como tampoco lo han hecho los concejales de su marca municipal en Gijón, Xixón Sí Puede, dando el visto bueno a las cuentas del partido de Francisco Álvarez-Cascos.
El Principado tendrá Presupuestos. Ahora bien, ¿cotizará más al alza esto, la gobernabilidad de la autonomía, o la repetitiva campaña de Podemos (con el coro casquista) denunciando el bipartidismo de la vieja política?
