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Millas

El trasluz

Juan José Millás

La lotería negativa

Dice el médico que vuelva a casa y que no salga, que los ojos me pican por la polución, y los tobillos también, lo mismo que la espalda y la garganta. Dice que nada de antibióticos, que me compre un humidificador y que me haga fuerte en mi cuarto de trabajo, que no abra las ventanas ni para ventilarlo y que le llame por teléfono en unos días, por si necesitara una botella de oxígeno. Vivo en Madrid, más bien en las afueras. Desde el parque por el que suelo caminar a primera hora de la mañana, se aprecia perfectamente la boina de basura negra que se respira en la ciudad. La boina también está en mi barrio, pero no se ve cuando te encuentras dentro de ella. Has de tomar distancia para adquirir una perspectiva de la vida, incluso una perspectiva de las heces flotantes. Esta mañana he escuchado toser a un perro y tenía la misma tos que un fumador, pobre.

Lo que me pregunto es qué hago yo sin fumar, con la compañía que me hacía el tabaco. De un tiempo a esta parte, todo me sabe a polución, a humo, pero no a humo de Marlboro o de Camel, sino a humo de Seat Toledo o de Toyota. Digo yo de fumar por combinar sabores, pero dice el médico que no empeore las cosas, no sé si hacerle caso. De hecho, no se lo hago porque al salir de la consulta tropiezo con un amigo que va por la calle con un Winston encendido entre los dedos y le pido una calada.

-¿Estás dejándolo? -pregunta.

-Creo que estoy cogiéndolo -contesto.

Hablamos de la polución, de las restricciones de tráfico, de si la matrícula de nuestros coches es par o impar. Entre tanto nos vamos pasando el cigarrillo. Me pide que no fume con ansia, porque se calienta mucho el cilindro y lo que más daño hace a los pulmones es el calor. Otros dicen que es el papel. Otros mantienen que la nicotina. El cigarrillo nos dura medio minuto y entramos a comprar lotería en un establecimiento del Estado. Él la compra terminada en par y yo en impar. Luego nos las intercambiamos. Me pregunta que de dónde vengo y le digo que del médico, así que enciende otro cigarrillo que compartimos también, para que nos toque a los dos la lotería.

La lotería negativa.

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