La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alberto Menéndez

El futuro de la derecha

Hubo coalición electoral del PP y de Foro en Asturias en las dos últimas elecciones generales. Sin lugar a dudas el gran beneficiado de este acuerdo fue el partido fundado y liderado por Francisco Álvarez-Cascos, que de no contar prácticamente con ninguna posibilidad de lograr representación parlamentaria (las encuestas así lo vaticinaban) pasó a tener un escaño en el Congreso y otro en el Senado. Los populares probablemente esperaban sacar rentabilidad política al pacto más adelante: para ellos la coalición electoral debería ser la antesala de una aproximación más seria entre ambas organizaciones. O más claramente, el inicio de la reunificación de la derecha asturiana tras el cisma provocado por quien durante bastantes años fuera la mano derecha de José María Aznar.

Pero lo que ha pasado hasta el momento es que la alianza le ha servido a Foro para recuperar protagonismo, justo cuando se encontraba en sus horas más bajas y con casi nulas opciones de recuperación. Y respecto a las expectativas del PP de un acercamiento paulatino entre ambos partidos, nada de nada.

Una cosa es que Cascos se viera obligado (por una simple cuestión de supervivencia) a negociar unas listas al Congreso y al Senado con el PP y otra que esté dispuesto a olvidar sus serias diferencias políticas, y también personales, con el líder de los populares, Mariano Rajoy, quien se negó a que fuera el candidato de su partido a la Presidencia del Principado en los comicios de 2011.

Por eso no debe extrañar a nadie que algunos dirigentes de Foro vuelvan a hablar del pacto del duernu entre PSOE y PP tras el acuerdo presupuestario alcanzado entre ambos. Y más tras la decisión de José María Aznar de romper cualquier tipo de relación con Rajoy y su equipo de colaboradores. Si el expresidente del Gobierno de España toma ahora el mismo camino que hace seis años recorrió quien fuera su vicepresidente resultaría realmente sorprendente, insólito, que éste, que Cascos, cambiase ahora de opinión.

No, Álvarez-Cascos va a intentar seguir dando sorpresas (o sustos) al PP. A no ser que este partido se pliegue a sus exigencias, como sucedió con las candidaturas electorales.

Compartir el artículo

stats