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Sol y sombra

Cocina y familia

No siempre son útiles los libros de cocina. De hecho la mayor parte de ellos resultan absolutamente prescindibles. No aportan gran cosa, salvo unas cuantas docenas de recetas de siempre y otras que no lo son ni tienen capacidad de permanencia ya pueden firmarlos prestigiosos cocineros, blogueros o curiosos que publican dietarios. Están, eso sí, las grandes sumas clásicas del saber culinario: las ediciones del "Larousse Gastronomique"; "On Food and Cooking", de Harold McGee; "El arte de la cocina francesa", de Julia Child; "The Silver Spoon", de Clelia D'Onofrio; "La ciencia en la cocina y el arte de comer bien", de Pellegrino Artusi, y alguno más. Los fascinantes libros metodológicos de Michael Pollan; "La enciclopedia de los sabores", de Niki Segnit; las divertidas exploraciones en el submundo de los restaurantes de Anthony Bourdain y de Bill Buford, y por encima de cualquier otro "El arte de comer", de M. F. K. Fisher, una auténtica joya literaria. De ellos he aprendido muchas cosas y disfrutado.

Luego, porque la curiosidad siempre me puede, a lo largo de mi vida he ido comprando o me han regalado decenas de libros más, dedicados a la cocina y la gastronomía, grandes y pequeños volúmenes. No hace mucho aún, uno de ellos que, a simple vista, podría ser otro entre tantos, "50 pasos de la cocina contemporánea", de Casa Gerardo, ha ganado en la categoría nacional de los "Gourmand World Cookbook Awards", premios fundados en 1995 que tienen como objeto distinguir las mejores publicaciones gastronómicas en el mundo. Yo también le hubiera dado el premio a los Morán, se trata de un libro que ingeniosamente y por medio de cinco decenas de conceptos de Marcos sobre la cocina de casa acierta también a explicar la pasión de una familia por su restaurante. Bien editado por Montagud, abre el apetito con sus fotos y las jugosas y atinadas descripciones.

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