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José María de Loma

Las primarias de Cifuentes

La campaña de promoción de la presidenta de la Comunidad de Madrid

Cristina Cifuentes ha propuesto primarias en el PP. Y con este simple detalle se ha hecho una importante campaña de promoción. El columnerío a la diestra le zurró ayer un poquito y los barones de su partido expresaron su malestar. Con esto, Cifuentes cursa ya segundo de Gallardón. Uno de los portavoces del PP, Martínez Maíllo (malillo para los malvados), ha dicho que el partido está dispuesto a negociar con Cifuentes esta propuesta. Esta frase es como situarla fuera del partido. O como darle un suerte de privilegio de bilateralidad con la formación. A estas horas ya habrá algún comentarista llamando a Cifuentes verso suelto cuando en realidad es de la más pura ortodoxia pepera, si es que no está todo pactado.

Los partidos son muy aficionados a las primarias de la señorita Pepis. En cuanto hay un conflicto o una crisis o un empañamiento de su imagen o un congreso cerca alguien sale pidiendo primarias, alguien le dice finamente que no y todo queda como con apariencia de debate. Las primarias tampoco son la panacea y no descarte el lector que todo esto sea sólo para introducir la palabra panacea en un artículo. Cada vez que un dirigente del PP dice la palabra primarias, Rajoy se pone los calzones de marcha atlética y rejuvenece un par de años. El PP difunde muchas imágenes de un Rajoy deportivo para contrarrestar esa imagen de inmovilista que tiene. O sea: puede que no negocie con los catalanes, pero se hace diez kilómetros al día.

Como no todo es sudar, el lunes invitó a cenar a la Moncloa a Albert Rivera. Dijo ayer Buenafuente que tal vez cenaron pacto a la naranja. Al presidente del Gobierno le quedan ganas de cenar el lunes postnavideño, el lunes más lunes, el de los empachos y vuelta al gimnasio y buenos propósitos. No sabemos si Rivera cenó mucho pero sí que mantiene el tipo. El tipo físico, también.

El PP calienta su congreso dando imagen de debate interno y el PSOE calentándole los ánimos a Pedro Sánchez, que ha pasado de decir que iba a recorrerse España a que nadie sepa dónde está. A lo mejor está también en lo de la marcha atlética o quitándose puñales de la espalda. Lo ha traicionado hasta el desodorante. Para antes de verano ya habrá nuevo secretario o secretaria general del partido. Todos tenemos una lista de nombres que acudirán en rápido auxilio del vencedor. Muy primario todo.

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