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Mucha suerte, Rubi

Fiel a sus ideas, tratará de hacer un equipo que sea protagonista con el balón en fase ofensiva y que recupere la posesión con un repliegue rápido

Han pasado años desde que trabajamos juntos en Girona, pero siempre quedan posos que se guardan. Mi llegada a Girona coincidió con la salida de Raúl Agné como técnico. En aquel momento tuve que trabajar con todo el cuerpo técnico del anterior entrenador, algunos de los cuales no supieron diferenciar las palabras amistad y profesionalidad, pero Rubi sí que supo hacerlo. En un pequeño despacho me comentaron que había un técnico que se encargaba del "scouting" de los rivales, pero que no pasaba por allí todos los días, y es ahí donde descubrí la personalidad de Rubi.

Somos dos técnicos que entendemos el juego de manera muy diferente. Entendemos lo que quiere hacer un equipo y dónde lo quiere hacer de manera muy opuesta, pero enseguida nos gustamos y nos identificamos. El siguiente paso fue introducirlo dentro del cuerpo técnico y ser un magnífico complemento para mí. La temporada siguiente pasó a ser primer técnico del club con un magnífico resultado. El balón es redondo y las vueltas que da son muchas. Y así pasó de estar en un despacho al banquillo en cuatro meses. Fue una acertada decisión.

Me gustan los entrenadores que se forman y se preparan para ser técnicos. Pasan por muchas fases de su profesión hasta que alguien les da la oportunidad de ser profesional de algo que nos apasiona tanto como el banquillo. Se trata de personas que se lo tienen que currar, gente que está permanentemente preparándose y formándose. Rubi es uno de esos técnicos.

Muy fiel a sus ideas, muy metódico en su trabajo y muy responsable en su profesional; tratará de hacer un equipo que a través del balón sea protagonista en fase ofensiva y que recupere la posesión lo más rápido y arriba posible. Viene de dos malas experiencias profesionales, así que tiene el hambre y la necesidad de hacerlo bien y sacar al equipo de esa difícil situación. Tiene el ADN del Barça muy dentro y le gusta transmitir todos esos valores y esos conceptos, pero a la vez es un técnico muy competitivo. Es inteligente y sabrá priorizar la competición y los resultados de manera inmediata a poder trabajar como a él le gustaría si tuviese dos meses de pretemporada, y ojalá lo consiga por el bien del fútbol asturiano.

El fútbol no tiene memoria. No me parece justo decir que un técnico sólo vale lo que vale su resultado último. Me niego a ello. Así que reconocer el trabajo del anterior cuerpo técnico me parece de una justicia tremenda. El fútbol es difícil y la situación se ha complicado mucho, pero no se puede negar nunca ni la capacidad ni el rendimiento de Abelardo al frente del Sporting.

Bueno, amigo Rubi, quién te iba a decir cuando hablamos alguna vez del Sporting y del Oviedo, de lo importantes que eran para los asturianos, que algún día ibas a dirigir a uno de ellos.

Mucha suerte, amigo, y no olvides que para Gijón y Asturias es muy importante tener un equipo en Primera. Los asturianos se te van a entregar cuando vean trabajo y seriedad, y pocos equipos disfrutan del plus que tú vas a tener en El Molinón. Verás lo bonito que es jugar allí cuando el equipo responde.

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