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Vuelve la rosa de dos cabezas

López comulga con el diseño bicéfalo que ahora le interesa a la presidenta andaluza

Al aceptar, aunque sólo sea como posibilidad, que el PSOE vuelva a ser bicéfalo, Patxi López comulga con el diseño de partido que desea Susana Díaz, que no quiere ser secretaria general, sino candidata a la Moncloa. Eso le permitiría seguir dedicándose por entero a Andalucía y prepararse para competir con Mariano Rajoy en las próximas elecciones generales, sin el desgaste que supondría coger las riendas de la organización que ella ha ayudado a romper tanto como Pedro Sánchez.

Sólo si el exsecretario general se decidiera a presentarse a las primarias se animaría con gusto la presidenta andaluza a luchar por el liderazgo socialista; con el voto "crítico" bien dividido entre partidarios de Sánchez y de López, no tendría problemas para vencer, y ella, como dijo el miércoles uno de sus principales valedores, el extremeño Guillermo Fernández Vara, "suena a ganadora" siempre. Vamos, que nunca compite para perder.

La pregunta es si a estas alturas puede negarse a concurrir. Una semana es que sí, la siguiente que no. Pero es un hecho que la gestora que rige los destinos del partido desde el pasado octubre, cuando Sánchez fue forzado a dimitir, ha trabajado con vistas a que la mujer fuerte del PSOE no escurra el bulto y "cosa" el partido, tal como prometió.

Ante los rescatadores, Díaz tendría muy complicado justificar su mutis. Es su deber, como quizá era el de Javier Fernández presidir la gestora para ir preparándole el terreno. Y tanto como su deber, su penitencia, por la cicatriz que ha dejado en la familia socialista su estrategia de gobernar por persona interpuesta que luego se revela (y rebela) respondona y ambiciosa.

Sánchez lo sabe y por eso sigue deshojando la margarita. Quizá lo haga porque aún necesita rebañar apoyos, o porque le priva hacer anuncios en el último minuto; pero no hay que descartar que su indeciso comportamiento se deba al deseo de ver a su archienemiga depender de él para aceptar, a regañadientes, la misma silla de la que ella le descabalgó. Hasta ahí llega la animadversión entre ambos. Y la degradación de un partido con más de 130 años de historia. La gira de Sánchez para "testar" a las bases empieza en Sevilla. ¿No molaba Baracaldo?

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