Los dirigentes asturianos de Podemos no modificaron para nada el guión y desempeñaron en Madrid, en la asamblea ciudadana de Vistalegre II, el papel previsto, que no era otro que permanecer al margen de las disputas entre los seguidores de Pablo Iglesias y los de Íñigo Errejón, aunque ello implicara, como así sucedió, quedar totalmente al margen del foco informativo, si bien también es cierto que el cónclave podemista no estaba precisamente pensado para el lucimiento de las organizaciones territoriales y de sus representantes.
Los máximos responsables de Podemos en Asturias no son muy dados a transigir con los personalismos, a dejarse llevar por los liderazgos incondicionales. Por eso, y es algo que viene de lejos, nunca han dado coba a Pablo Iglesias ni tampoco a Íñigo Errejón. Quizás es por eso por lo que el secretario general del partido -que ha salido reforzado de Vistalegre- decidió no participar en las últimas campañas electorales, en diciembre del pasado año y en junio. Y puede que esa frialdad, esa falta de adulación, fuese la causa de la inexistente relación del "número uno" de la formación morada con los pesos pesados asturianos a lo largo de los dos días que duró la asamblea madrileña. Como también lo fue con Errejón.
La dirección de Podemos Asturias pedía, además de unidad y de que sus referentes nacionales dejaran de mirarse el ombligo, tener más autonomía a la hora de diseñar su estrategia y elegir a sus candidatos electorales. Pero, al menos en lo referente a la política nacional, tendrá que esperar: los integrantes a las listas al Congreso y al Senado seguirán siendo competencia exclusiva de Pablo Iglesias y su gente de confianza.
Y una merma más de Podemos Asturias: deja de tener representación en el núcleo dirigente madrileño. A partir de ahora el allandés y errejonista Segundo González, que se mantiene como diputado, dejará de ser el responsable de finanzas y transparencia de la organización.
