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Javier Cuervo

Un millón

Javier Cuervo

Palabra de Rodrigo

En febrero de 2009 Rodrigo Rato conferenciaba a mil euros por minuto. El exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional no había avistado la crisis mundial pero eso no le impedía que fuera el tema de su conferencia. Valiente y desinteresado, el asesor internacional del Banco de Santander aseguró: "El mercado se equivocó, minusvaloró el riesgo y es imprescindible una intervención pública para contrarrestar la crisis". ¡Así se habla, Rodrigo!

Sus declaraciones decían lo que se espera en tales casos, como cuando se contrata a Bustamante para San Valentín. Cuando hay prosperidad, el mercado no se equivoca, y cuando hay crisis, el dinero público debe acudir a salvar al privado. Quienes se precian de saber comprar y vender y de cobrar puntualmente sus servicios le pagaban a mil euros el minuto de mendicidad pública, que no pedía para él, pedía para el mercado, que más triste es trabajar. Mil euros el minuto es una cantidad con la que no retribuirían jamás un minuto de poesía elevada, humor certero o pensamiento revelador. Entonces ya no pagaban a mil euros el mes de un treintañero con carrera, máster y doce horas diarias de trabajo. Cuando Rato pidió para él, le dieron Bankia. ¡Cuánto vale Rodrigo!

Rato habló en blanco, aunque lo que tiene valor de esta gente es cuando habla en negro, sin que se entere el Estado. Sabemos que Rato mendigó en blanco a mil euros el minuto porque la Oficina Nacional de Investigación del Fraude estudia si facturó esos ingresos a través de una de las sociedades mercantiles con las que presuntamente ocultaba rentas y evadía impuestos. Mendigaba en blanco pero iba ennegreciendo lo que ganaba para que ni un euro por una palabra suya fuera a dar a ese Estado que debía contrarrestar la minusvaloración de riesgo del mercado que él no vio desde el FMI, que está para esas cosas. ¡Qué listo, Rodrigo!

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