Violeta: "Lunes. Viendo el telediario con el sonido apagado me he preguntado cuántas veces he visto a alguno de nuestros políticos con un libro en las manos. Cuántas veces les he escuchado hablar de sus novelas favoritas. Sé de alguno que presume de leer sólo la prensa deportiva. Gran ejemplo.
Martes. Entré en el muro de un conocido escritor en Facebook. Había escrito bien de una película cuyo título no importa y pronto se entabló una batalla campal entre los que la consideraban una obra maestra y los que la calificaban directamente de basura. Algo va mal en una sociedad donde todo se arrastra al campo radical del forofismo.
Miércoles. La cartelera indicaba un horario concreto para el comienzo de la película. Entré puntualmente y antes de que arrancara aquello por lo que había pagado religiosamente mi entrada tuve que soportar 17 minutos exactos de publicidad. Nadie me pidió permiso para abusar de mi tiempo.
Jueves. Entré en la cafetería para esperar a Andrés, siempre impuntual, y me fijé que en todas las mesas había uno o dos móviles marcando territorio. Algunas personas estaban más preocupadas mirando la pantalla que prestando atención a lo que les decían. Yo siempre apago mi teléfono cuando estoy con alguien. No tengo remedio.
Viernes. La mayor parte de las personas que conozco sólo leen a los periodistas que escriben lo que quieren leer. Yo sólo leo a quienes no coinciden conmigo. Para reafirmarme o, tal vez, para cambiar de opinión. Quiero que me reten, no que me den la razón. Claro que hay que elegir bien a los retadores: que tengan argumentos y sepan exponerlos, no simples opinadores cargados de bilis.
Sábado. Internet está invadida a diario por noticias sobre dietas milagrosas que prometen perder los kilos que te sobran sin esfuerzo. Qué pena. Sólo hay un secreto para el éxito de la mayoría de personas: camina más y come menos. Y que no te sigan comiendo el tarro.
Domingo. Andrés me dijo que quiere un paréntesis en nuestra relación. Perdón, no me lo dijo, me escribió un wasap. ¿Por qué no corchetes en lugar de un paréntesis?, le respondí. No hubo respuesta. Nunca le hizo gracia mi sentido del amor".
